Hola chicas, me gustaría desahogarme (por primera vez lo hago por aquí) porque creo que alguien me va a entender.
Hace unos años me diagnosticaron hipotiroidismo, así que he tenido que ir muy a menudo a que me hagan análisis de sangre para llevar un control de mis niveles de hormonas por la medicación y demás.
El caso es que a pesar de que he sido donante, no me hace especial ilusión que me saquen sangre porque me siento algo «expuesta» (eso de que metan algo en tu cuerpo y te puedan hacer daño, no sé, una sensación rara que no sé explicar) el caso es que se agrava desde que he tenido el placer (por llamarlo de alguna manera) de que me saque sangre en dos ocasiones una enfermera de mediana edad a la que le cuesta encontrarme la vena (una vez me dijeron que las tengo muy finas y profundas), y aunque siempre lo hace a la primera, no me voy a casa sin el recordatorio de que «al tener unos brazos tan gordos, las venas se esconden y es imposible sacarme sangre». Y diréis, a ver Cris, que no es pa tanto el comentario.
Y digo yo, ¿por qué son las 8 de la mañana, tengo que mear en un bote e ir a un sitio a que me metan una aguja en mi piel y me extraigan cosas de mi cuerpo y encima aguantar a una señora amargada a la que le encanta recordarme con toda su cara de desprecio que soy una gorda de mierda?. Porque no es que ella no sepa, es que yo soy una gorda, y como gorda el problema es mío.
Lo que peor me sienta es no ser capaz de contestar nada ingenioso que deje a esa santa señora pensando todo el día en por qué tiene que ser tan desagradable, y quedarme yo amargada pensando en qué le he hecho yo para que no pueda tratarme con un mínimo de respeto.
Seguramente esté exagerando, pero es que el tema de los médicos con la gordura me produce ganas de vomitar.
Un saludo chicas! Stand & Fight!