Hola, vengo a contaros el gran error de mi vida y sus consecuencias.
Hace unos años conocí a una chica y me enamoré. Era la mujer perfecta salvo por un «pequeño» detalle: no podía parar de mentir. Me prometió que conmigo no lo haría y, tonta de mí, me lo creí. Cuando nos conocimos, ella tenía pareja. Me lo ocultó hasta que la cosa era demasiado obvia. Yo conocía a su novia, de hecho, yo entrenaba en el que era su club deportivo, pero mantenían su relación en secreto y, por la manera que mi ex tuvo de entrarme, pensé que todos esos rumores que había sobre ellas eran mentira. Error. Al final se lió una muy grande, pero mi ex se hizo la víctima, me contó mil burradas sobre la que había sido su novia y la creí. Eso hizo que me separara de amistades que apoyaron a la otra parte.
Ellas gestionaban el club deportivo con un amigo. Consiguió echarles de muy malas maneras alegando que se habían portado muy mal con ella. También consiguió que echaran a su amigo de otro trabajo en el que coincidían. En ese momento yo era su fiel defensora. Todas las cosas que me había contado de su ex habían hecho que yo sintiera la necesidad de protegerla.
Pasaron los meses y decidimos que yo dejara mi trabajo para ocuparme de ese club deportivo (todas las gestiones menos la parte económica, a la que no podía acceder). Ella siguió con su trabajo.
Conseguí reflotar el club trabajando de sol a sol. Su reputación había quedado por los suelos después del drama, pero poco a poco conseguí que una gran cantidad de socios apostara por nosotros.
Pasaron los años y creo que yo era feliz. Lo único que me molestaba era que su madre se metiera constantemente en nuestras vidas. Vivíamos justo debajo de ella y la situación era, a veces, insoportable. El hermano tuvo el mismo problema, pero a diferencia de mi ex, él le plantó cara y puso límites.
En todo ese tiempo, jamás detecté una mentira de mi ex. Pasábamos todo el tiempo juntas, así que las infidelidades estaban descartadas. Teníamos pocos amigos, pero nos bastaba. Todo cambió cuando el año pasado, mi mejor amiga y su novia se mudaron a nuestra ciudad. Yo estaba muy contenta porque, por fin, iba a tener a mi amiga cerca. Sin embargo, al poco de llegar, me di cuenta de que las cosas no iban a ser tan positivas como yo había creído.
No congenié con la novia. Pasaba líneas rojas constantemente. Hacía bromas sexuales, fuera de tono… y no paraba de decirme que le pidiera a mi novia permiso para liarse conmigo. No me gustan ese tipo de bromas… pero parece que a mi ex le encantaron.
Empecé a ver cosas entre ellas que no me gustaron y que, más tarde, confirmé. Todo se fue liando hasta que mi ex se fue una semana a trabajar a un evento con la graciosilla de las bromas… Ahí comenzó a ignorarme, a no responder a mis mensajes… Nuestra pareja se rompió. Me dejó sin más y me echó de casa. Opté por viajar a casa de mi familia unos días, pero tenía que volver para seguir trabajando. No aceptó que me quedase unos días mientras buscaba piso. Me quedé en la calle. Mi ex había estado gestionando mis cuentas bancarias y, cuando fui a revisar, se había gastado casi todo mi dinero. Con menos de mil euros en la cuenta, tenía que alquilar un piso y buscar un coche de segunda mano (el nuestro estaba a su nombre). Además, se quedó con todas las cosas de valor, con los regalos que me había hecho (ella se quedó los suyos), con todo lo que habíamos comprado para la casa… Estuve en tratamiento por ansiedad un par de meses. No sabía que lo peor estaba por llegar.
Por cierto, ella comenzó una relación a escondidas con la novia de mi mejor amiga o mejor dicho, la que era mi mejor amiga porque al contarle lo que sabía, prefirió cerrar los ojos y asumirlo sin más, para no quedarse sola.
Mi ex empezó a querer recortar lo que me pagaba en el club con excusas. Como ya el dinero no iba para ella, no le interesaba. Me quería quitar el club que yo había reflotado y lo consiguió…
Me quedé sola, sin amigos, sin dinero y muy lejos de mi familia.
¿Por qué tanto drama? Descubrí que mi ex y su hermano habían estado malversando con fondos del club y otras cosas bastante graves. Esa había sido la razón por la que jamás me dejó ver las cuentas. No pude denunciar porque no tengo medios económicos. Además, su madre trabaja como administrativa en la Policía y me ha amenazado diciendo que puede hacer cualquier cosa para hundirme.
Por supuesto, esta vez también se ha hecho la víctima. Ha hecho lo mismo que con su ex. Ha ido contando mentiras para ganar adeptos y sigue con el club deportivo, que está haciendo aguas porque ella no tiene especial interés en él. Eso es lo que más me duele. El club en el que deposité todas mis ganas, mi tiempo y mis ilusiones. A su ex le he pedido disculpas. La situación no fue justa y todo lo que me ha pasado me ha hecho entender lo mal que pudo haberlo pasado ella.
LLevo un año pasándolo muy mal. Como fui autónoma, ni siquiera tengo derecho a paro. Estoy cansada, sola y solo tengo ganas de cambiar de aires… pero sin dinero, no es posible. Tengo ansiedad (diagnosticada) y la vida se me hace cuesta arriba muchos días. Ojalá hubiera una fórmula mágica para salir de esta espiral y volver a sentirme bien. Juro que pongo todo de mi parte para cambiar mi situación, pero aún no he encontrado trabajo. Nunca me había visto en la situación de ir a un supermercado y tener que contar las monedas porque no sé si me va a dar para comprar. Mi familia no me puede ayudar más de lo que ya está haciendo. Me da un poco de vergüenza verme así. Sé que no tiene nada que ver, pero siempre fui una alumna ejemplar y me lo curro bastante en todos mis trabajos. Mi cabeza no puede entender qué ha pasado para llegar a esta situación.
Siento que la culpa es mía porque supe desde un primer momento el tipo de persona con el que me estaba juntando. No sé en qué momento se me metió en la cabeza que yo era especial. Y ahora, ella sigue tan feliz con su vida, con las que eran nuestras cosas, con el club, con nuestros amigos… y yo no tengo nada.