Ahora lo cuento de risas, pero os juro que lo pasé fatal.
Tenía yo un follamigo por esa época con el que aprovechaba para desatarme y hacer todas las cerdadas inimaginables. Siempre he sido bastante buenecita y me costó mucho soltarme en el sexo, pero con él por fin me volví loca y empecé a ser como siempre había querido ser en la cama.
El caso, teníamos mucha química y nos atrevíamos a decirnos de todo. Aquel día nos vinimos bastante arriba, y me pidió si podía darme golpecitos con el pene en la cara. No es que fuera mi sueño, pero en el momento de cachondez me pareció bien y allá que fue el hombre.
Con tanta motivación que me dio dos golpecitos y no pudo controlar la corrida… QUE FUE DIRECTA A MI OJO.
Casi me muero de lo que me escocía, y por más que lo lavé con agua en el momento no se me iba el dolor. Consecuencia: tener que ir al médico al día siguiente porque seguía teniendo el ojo rojo, y tener que contarle como el por qué fue de las cosas más vergonzosas de mi vida. Tuve que echarme gotas durante una semana y por fin se me quitó.
Pero pollazos cerca de la cara NO MORE.