Hola, Auzena, ¿qué tal?
Te voy a hablar desde mi experiencia. Yo siempre fui una chica con kilillos de más, sin sobrepeso. Lo que sería medir 1.65 y pesar 65 kilos. No estaba delgada pero, en teoría, mi peso era saludable. A lo largo de mi vida siempre recibí comentarios en mi entorno sobre que »con lo guapa que eres, si perdieses un par de kilos…», etc. Lo típico.
Mis amigas eran delgadas, mi madre también, en mi familia se valoraba mucho la delgadez femenina… en fin, era la gorda de mi entorno sin estar gorda. Desarrolle anorexia prontamente y eso me llevo a darme atracones a escondidas, cada vez más bestias. Y comencé a fumar como un carretero. Fumar compulsivamente me ayudaba a no comer y conseguí durante mucho tiempo pesar 58-59 kilos. Conseguí más aceptación social y me sentía bien. Hasta que dejé de fumar con 21 años, engordé unos 12 kilos y a nadie le importaba que hubiese dejado de fumar (40 cigarrillos al día), lo único por lo que recibía comentarios era por mi peso e incluso me llegaron a insinuar que para estar tan gorda, porque no fumaba un poco XD.
Volví a fumar. Los meses gorda fueron horribles. Y adelgacé. Volví a los 58-59. Pero ni me sentía mejor, ni más sana (obviamente) ni mi relación con la comida era mejor.
Pero tuve un proceso. No se como adelgacé un poco más, tenía mucho estrés y ansiedad. Recuerdo que era oler comida y me ponía a comer pepinillos como si no hubiese un mañana para paliar la ansiedad por comer. Y un día, tras un atracón de una lasaña, cereales y galletas a mansalva, decidí que estaba harta. Que se acabó, que iba a comer lo que me diese la gana pero sólo cuando tuviese hambre. Y así aprendí a comer, fue un proceso larguísimo con muchísimas recaídas y nada fácil. Pero me propuse que por mis ovarios, conseguiría tener una relación sana con la comida. Al principio, si me apetecía comerme un croissant de chocolate a la hora de comer lo hacía y punto. No me preocupaba por lo saludable ni por nada. Sólo había dos reglas: tenía que ser una cantidad razonable y cuando mi cuerpo me pidiese energía. Con el tiempo como bastante sano, meto frutas y verduras en cada comida y elijo opciones sanas pero porque me da la gana, no hay culpa si no como sano, es simplemente una preferencia, como elegir el color del pintauñas o que ropa te vas a poner. Pero ya te digo, me llevo mucho tiempo.
En cuanto al ejercicio, hice igual. Me quite del gimnasio porque lo odiaba en el fondo. Sólo iba para estar buena y empecé a moverme sin más. Tu cuerpo sólo necesita que te muevas, no hacer sentadillas. Empecé a probar muchísimos ejercicios y hoy en día hago de todo. Cada día simplemente me enfoco en moverme, si me apetece pilates, hago pilates. Si zumba, pues zumba. Que estoy de bajón, algo suave. Que estoy a tope ¡lo doy todo! Al final, se trata de conocerse una y darse lo que le pide el cuerpo.
Con la alimentación igual, qué me apetece algo más graso? Pues me abro un aguacate y me tomo unos anacardos. Que hoy me siento más pesada, pues algo más ligerillo. Si no tengo hambre, no como y si es mucha pues como más.
En cuanto a fumar, lo dejé. La mejor decisión de mi vida. Hace un año que vapeo, y ahora mismo estoy en cantidades ridículas de nicotina, deseando acabar los exámenes para reducirla a cero del todo. Y te diré que, sentirme en paz conmigo misma, moverme sin un objetivo físico, comer lo que me apetece de forma saludable (es decir, si me apetecen galletas me como 3 o 5, no 20 y nada está prohibido) y sobre todo, DEJAR DE FUMAR, si que me han hecho sentir saludable y bien conmigo misma.
Por mi experiencia se que a nadie le importa una mierda tu salud, quitando a mi madre y gente que me ha querido igual gorda o no. Por tanto, la auténtica salud la encontrarás en el autoconocimiento y autocuidado y eso implica salir de los límites de lo que estipula la sociedad porque amiga, eres demasiado única para amoldarte perfectamente a un estándar. Tú tienes tus propias necesidades, límites y capacidades. Date lo que necesitas.
Con esta historia, te invito a conocerte y hacerte amiga tuya, eso si que es ganar en salud.
Nunca hallarás una fórmula mágica para sentirte bien porque nunca nadie ha sido tú. Hay mucho en ti por descubrir.