Lo primero que quiero decir es, larga vida a la sanidad pública vasca (al menos la que me ha tocado a mí).
Es la primera vez que escribo por aquí aunque os leo frecuentemente, y es a raíz de unos acontecimientos cercanos de mi vida que necesitaba compartir.
Mi post tiene varias intenciones, por un lado contar mi experiencia y, si se puede, hablar con gente en circunstancias similares. Y por otro lado hablar de cuestiones médicas y pedir consejo a aquellos que ya han pasado por esto.
(Suelo enrollarme demasiado, pido perdón de antemano)
Al lío.
Soy una mujer de 25 años con obesidad, antes vivía en Salamanca y ahora (por suerte para mí) vivo en Euskadi. Como llevaba mucho tiempo sin ir al médico, estaba en un sitio nuevo y me encontraba peor me decidí a intentarlo; y es por esto que percibí el contraste del trato y me di más cuenta aun de lo gordofóbico que fue el trato de mis médicos anteriormente.
Por herencia familiar y digestiones terribles soy de comer muy poco y muy sano. Y se que esto os sonará muy familiar a muchos pero nadie me había creído.
Mi experiencia va desde el más “majo” de allí (mi pediatra) que le dijo a mi madre “a esta niña como mucho un sugus los domingos” a mi ginecólogo el cual se negó a diagnosticarme y hacerme pruebas cuando fui con amenorrea e hirsutismo (y solo sobrepeso en ese momento) porque debía ser por gorda, además de insultarme y humillarme en ocasiones posteriores delante de mi madre incluso.
Médico al que iba médico que me miraba y me decía o “es del peso” o “pierde 40 kilos y te doy la cita, te mando pruebas etc.”
Llegó a un punto en el que tuve que ir de “enchufada” al traumatólogo para que me miraran una lesión de rodilla que me hice corriendo carreras de obstáculos. Rodilla que se negaron a tratarme después.
De hecho una vez fui al de cabecera y me dijo, tienes que perder 40 kilos y yo iba por una tendinitis en la muñeca.
Ya os conocereís miles de estas.
Cuando me decidí hace poco a ir al de cabecera aquí todo había empeorado, he llegado a mi peso tope de 110 kilos, tengo unas fatigas terribles, amenorrea, migrañas, mareos y nauseas, se me cae el pelo, mucho peor el hirsutismo, dolores de espalda y claro a raíz del peso mi lesión de rodilla ha ido a mayores.
Cual es mi sorpresa (y como odio que esto sea una sorpresa) cuando mi médico de cabecera no me pone ninguna pega en absoluto para darme cita con los especialistas y me escucha respetuosamente sin increparme.
Me dio cita con mi ginecóloga y mi endocrino con mucha rapidez. Y mi sorpresa fue mayor aun cuando ambas me creyeron! Sin suplicarles pruebas, sin mandarme dietas de seis meses y “luego si no funcionan en 6 meses te mando las pruebas” (que por cierto esta trola no os la creáis, si no funcionan probablemente te digan que te saltaste la dieta, pruebas desde el principio con o sin dieta por favor). Todavía espero resultados y más pruebas aun pero ahora si están intentando que esté sana, no me siento juzgada. Me están haciendo pruebas para ver si tengo ovario poliquístico, cushing y unas cuantas cosillas más.
Y con esto acabo, quería preguntaros ¿hay alguien que haya vivido situaciones de salud y circunstancias similares? ¿Hay alguna asociación en Castilla y León que pueda llevar a cabo alguna iniciativa contra la discriminación a personas con sobrepeso en centros médicos? Es jugar con la salud de la gente y es peligroso! O quizás podríamos colaborar y hacer algunos panfletos o incluso charlas para acabar con estos prejuicios.
Ánimo a todo el mundo que estaba como yo allí, para mí han pasado 10 años solo para que me escuchen, probad y paciencia no nos queda otra. Y a las personas que tengan sobrepeso porque comen lo que les sale del toto tampoco toleréis ni una falta de respeto, que les den por saco.
Un achuchón blandito a todo el que haya tenido narices a leerse este testamento!
Suerte!!