Hola chicas, más que una duda, relato brevemente una historia que no sé si ayudará a alguien pero a mi, el hecho de contarla, me hace sentir un poco más libre de complejos y es una manera de ver lo que ha crecido mi autoestima gracias a leeros, a veros en fotos sin tantos complejos y vistiendo «fuera de la norma» y a sentirme por fin incluida en algo.
Hace años, tendría 15 o 16, salí de mi casa porque iba a comer con mis amigas. Detrás de mi iban dos vecinos. Estuvieron toda una calle diciendo: gorda, gorda, gorda… una y otra vez. Notaba como la palabra se clavaba en mi espalda.
Yo llevaba un vestido blanco, seguro que ese día madrugué para arreglarme el pelo y ponerme tan guapa como yo quería, seguro que la noche de antes hablé con mis amigas sobre lo bien que lo pasaríamos al día siguiente.
Y en un momento me sentí indefensa y humillada, dos personas, una con la que no había hablado en la vida y otra con la que en años habría hablado menos de 5 minutos tenían la vida tan vacía que ese día decidieron llenarla insultando a una casi desconocida.
¿Que qué hice? Seguir andando erguida, en silencio y fingiendo no escuchar nada. Por aquel entonces yo era una adolescente incapaz de enfrentarme cara a cara con ellos. Para muchas será una historia conocida, pero para aquellas que la desconozcan, en ese momento sientes que todo el mundo escucha cómo te insultan, porque usaron «gorda» como insulto y te avergüenzas como si fueses tu, y no ellos, la que tiene que avergonzarse.
Tampoco hoy sé que haría exactamente, pero gracias a todos estos años de quererme, de caer y aprender a levantarme, de leer vuestras historias en WLS, de ver que no estoy sola, seguramente al oír «gorda», me daría la vuelta y diría: qué.
Porque sí, soy la gorda y aunque las palabras (mal dichas) duelen, tenemos el poder de darle la importancia que nosotras mismas queramos darle. Y que ahora me digan gorda duele un poco menos que ayer porque los complejos que antes ocupaban estadios ahora ocupan rincones.
Gracias por tener este foro donde abrir en canal nuestros sentimientos, estoy segura de que es la primera vez que cuento esto y tenía que ser para sanar un poco más.
Por hacernos crecer cada día: gracias, gracias y gracias.