Hace ya más de un año que sentí que mi vida fracasaba. Hace ya más de un año que mi alma, ya quebrada desde hace tiempo, terminó por romperse, dejandome hundida y triste y angustiada por un largo periodo de tiempo.

Hace ya más de un año mi alma se rompió, pero también tomé decisiones necesarias. Me dolieron tanto… tanto me dolieron como necesarias eran. Y te dejé marchar, y te fuiste y no te volvimos a ver más. Cuánto dolor.
Dejé mis estudios, lo dejé todo.
Me sentí inutil. No quería levantarme.
Me sentí incomprendida.
Me levantaba con dolor en el pecho.
Me acostaba con lágrimas en los ojos.
Engordé.
Envejecí.
Me traumaticé.

Entonces fui a ver a M. M me ayudó mucho, y aún lo hace. M me deja hablar y siempre me escucha y a veces dice cosas bonitas de mí. Y eso me gusta, por que poca gente dice cosas bonitas de otras personas. Yo casi nunca digo cosas bonitas de otras personas.

Y más de un año después, estoy mejor. Mucho mejor.
Aún me duele a veces y quiero llorar a ratos, y me parece muy dificil la vida.
Pero estoy mejor.

Aunque ahora me da miedo empezar algo. Me aterra, me da vértigo, no me veo.
Con cada oportunidad de empezar algo nuevo se me encoge el alma y quiero huir. Buscar cualquier excusa y correr y esconderme.
Por si fracaso. Por si me vuelve a doler. Por si no sale. O por si sale y no es lo que pensaba. Miedo. Miedo. Miedo. Miedo a la tristeza profunda. Miedo a volver a hundirme. Miedo a no ser fuerte y valiente. Por que aquel que se fue, me dejo otra vida a la que cuidar, y me necesita fuerte. Me necesita valiente.