Hola amigas, no sé bien que pretendo conseguir contando por aquí mis desvaríos, pero como os considero un pozo de sabiduría aquí os lo suelto.
El instinto maternal se ha apoderado de mí. Hasta hace poco, la idea de la maternidad no me atraía para nada,pero llevo tiempo pensando en ello sin parar, en que me apetece tener un bebé y acompañarle durante el resto de mi vida.
Mi pareja está encantado de la vida y dice que nos ponemos a ello cuando yo quiera.
Pero mis miedos son que me considero un desastre. A pesar de ser independiente, con casa, trabajo y el pack completo, yo me siento como una adolescente. Los sábados me encanta salir hasta las 6 de la mañana y beberme mis copas con los amigos, priorizo el comprarme mis caprichos sobre el ahorrar para el futuro y se me han muerto varios cactus ya.
Trabajo en la educación y me encantan los niños, pero también me encanta llegar a casa y poder ponerme a jugar a la play sin tener que preocuparme por nada ni nadie.
Creo que me da miedo no saber asumir que mi vida con un hijo cambiaría radicalmente, y que ello me genere frustración y rechazo hacia mi hijo.
No se si me he vuelto loca con tanto confinamiento y tiempo para pensar, o estos pensamientos son normales. ¿Las que sois madres también teníais estas dudas?
Muchas gracias por leerme y perdón por la Biblia que os acabo de soltar.
Un beso a todas y todos!