Me cuesta mucho escribir esto sin llorar, pero he leído historias parecidas y necesito quitarme este peso de encima. Para que me entendáis, y a pesar que esto se alargará un poco mucho, os contaré cómo he llegado a mi situación actual.

Nací gordita, fui un bebé gordito y una niña gorda. Pero nada importaba, hasta que llegué al parvulario. Ahí había un profesor de psicomotricidad (por llamarlo de alguna manera) que me tenía manía por ser la nena gordita de la clase (posteriormente confirmado por varias familias, a parte de la mia, que mantuvieron el silencio para que sus hijos no pasarán por ello). El susodicho en cuestión, siempre intentaba hacerme participar y cuando me equivocaba me echaba de clase (esto lo recuerdo perfectamente). Tenía 4/5 años, y no entendía porque me echaban, pero ahí estaba cada semana, en el pasillo, llorando.

Llegué a primaria y mi cuerpo pues seguía desarrollándose gordito, sin más. Ahi ya fueron los críos los que, sin miramientos alguno, empezaron a meterse conmigo y a recurrir al insulto fácil al grito de «gorda» porque aunque una siempre ha estado gorda, nunca me llamaron fea. Y fue difícil, muy difícil, no tenía el valor de contarlo en casa (aunque algo ya se olían) y cada vez que mi hermana intentaba defenderme la cosa se complicaba y me llamaban «chivata» aunque no hubiera hecho nada.

La cosa se complicó aún más en 4 de primaria. Mi padre falleció y yo tuve un accidente de tráfico que, aunque me ha dejado secuelas que a simple vista nadie vería, a mi familia y a mi nos convirtieron en la «desgracia familiar» del centro. Así que otra etiqueta que arrastraba, la gorda, la lisiada y encima huérfana de padre. Los que no me conocían me miraban con pena, los que me conocían o me trataban por pena o intentaban no decir nada por no hacerme sentir mal, una pena de etapa, la verdad. No tenía ninguna «amiga» a la que contarle mis penas, solo compañeras de clase con las que tenia que juntarme si no quería quedarme sola.

Y así llegamos a la eso (en el mismo centro, y en el mismo edificio, por comodidad familiar y por miedo a ir a un sitio «peor»). Pues la eso no fue mejor, los insultos seguían, las bromas pesadas iban apareciendo, los profesores pasaban de todo porque «tienes que aprender a defenderte sola» o «no será para tanto» pero con la diferencia que hice un pequeño grupo de amigas. Ese grupito fue mi «salvación» durante los 3 primeros años de la eso, la desgracia seguía, pero era más llevable. En 4o nuestras diferencias políticas y sobretodo amorosas nos separaron, y me empecé a juntar con otras personas, que jamás considré amigas. 4 fue el mejor curso, fue breve, intenso y hasta divertido. Pensaba que la gente que tanto me odiaba y me hacía la vida imposible desaparecería y se iría a ciclos formativos o a otro centro, pero no, algunos continuaron en Bachiller.

Los dos años de bachiller fueron horribles no, lo siguiente. Empecé mi primera relación amorosa seria, que terminó justo antes de la selectividad, y la depresión que se me juntó en ese momento por mi nula autoestima, las bajas notas que sacaba (tengo capacidad, pero nunca tuve interés en estudiar) y haberlo dejado con mi gran amor me pusieron entre la espada y la pared. Tenía tanta prisa por dejar ese centro, que saque todo lo mejor de mí por aprobar y desaparecer de ahí. Y así fue, aprové el bachiller y la selectividad, pero no saque nota para la carrera que quería y tuve que irme a un ciclo formativo que no sabía ni que había pre-matricula, con su consecuente sensación agridulce de dejar lo que odiaba atrás, el miedo a lo desconocido y la tristeza de no entrar a la carrera que quería por no aplicarme. Pues los dos años de ciclos fueron mi gran revolución personal.

Entré con la convicción de sacar nota para escoger carrera y escoger donde estudiar, con la idea de que no caería bien a nadie y que eso no debía importar, porque mi objetivo no era hacer amigos, sino la carrera. Pues me llevé de ese ciclo a mi mejor amiga, que me enseñó a disfrutar la vida de una manera más relajada, a conocer a chicos de internet porque oye «en algún sitio hay que conocerlos» y a vivir el hoy por lo que pueda traer mañana. Y entré a la carrera, en la universidad que quería y sobrada de nota. Y me saqué la carrera, y un post-grado, y hasta hice amigas en ambos estudios. Pero me centré en estudiar y estudiar y me perdí la vida social, no porque no me guste, sino porque por una vez en mi vida era la mejor en algo que no fuera artístico, y no me bastaba con ser de la media, quería ser de las mejores.

Y si, a día de hoy tengo amigos, 5 o 6, que apenas veo desde que lo dejé con mi última relación (4 años con un hombre maravilloso que se fueron a la m* por sus problemas económicos), no porque ellos no quieran, sino porque a mí no me apetece y/o porque dos de ellos viven en otros países. Porque todo ha cambiado y no lo he sabido llevar. Sigo siendo una persona insegura, con una nula autoestima, pero con una gran coraza que hace que todos piensen que soy una persona abierta y sociable, porque si, era tímida, y mucho, pero cambie en el ciclo formativo y decidí no volver atrás, porque la vergüenza aún me hacía más daño. Y este problema de confianza también me ha afectado a nivel laboral, he tenido 3 años a compañeros que me han tratado como una mierda, aunque sabían que no podían tener queja de mi trabajo, simplemente porque tenían la sensación de que podían manipularme y presionarme para que trabajara más.

He ido a dos psicólogos por todo esto, en una ocasión me dijeron que «dejara los victimismos y madurara», que no debía afectarme tanto lo que dijeran los demás. El segundo lo tuve que dejar porque mi pareja (por aquel entonces) tenia problemas económicos y necesitábamos el dinero para pasar el mes. Ahora, que ya hace unos meses que la relación ha acabado del todo, quisiera retomar las visitas psicológicas, pero vivo sola y es un gasto que no tengo claro que pueda asumir, y quisiera conocer gente nueva, que intento mediante apps y saliendo por ahí, pero una parte de mi tiene la sensación que no gustaré, que no seré suficientemente interesante de conocer, que me volverán a fallar y volveré al espiral de tristeza de siempre.

En fin, algún consejo? Alguien en una situación similar? Ahora mismo tengo un nudo en el estómago, pero si has leído hasta aquí solo puedo sentir gratitud.