Voy a contaros lo que me ha ocurrido hoy, creo que a modo de desahogo, porque mucho me temo que esto es nuestro «pan» (guiño, guiño) de casi cada dia.
Soy gordibuena de toda la vida. 1,78 y 105 kg, repartidos. Tengo 48 años y aún sigue asombrándome tener que defenderme o excursarme por pesar más que la media. Intento trabajar mis inseguridades, me gusta cuidar mi forma de vestir, voy arreglada al trabajo, me maquillo.. os cuento todo esto porque creo que viene al caso…
Al lio, esta mañana en el trabajo, coincido que salgo de mi despacho y veo una señora sentada (esperando a que mi compañera le atienda). Veo que me observa, de arriba a abajo… pero no le doy mas importancia. Tras las gestiones con mi compañera, la señora, de cierta edad ya, se toma la «molestia» (notese la ironía) de entrar a mi despacho y, os transcribo la conversación:
SEÑORA:hola, eres la chica que ha pasado antes, no?
YO: imagino que sí… (un poco descolocada)
SEÑORA: Es que verás…no quiero que te ofendas, pero quiero decirte algo…
Una, que es gordibuena por puntos y trienios, ya os dije, se pone a la defensiva, porque se ve venir el percal
YO: Señora, si Ud.cree que voy a ofenderme, prefiero que no me diga nada, porque me defenderé si me falta al respeto y no tenemos necesidad..
SEÑORA: Hija, es que es por tu bien, y con todo mi cariño…
YO: Señora, Ud. no me conoce de nada, y por supuesto, tampoco me tiene cariño, y le pido que dejemos el asunto, no quiero saberlo
SEÑORA: pero mujer, si es por ti..
En este punto, tensa ya como un palo, le digo que me lo ahorre, que no quiero saber qué tiene que decirme. Señora sale y se va..
Hete aqui, que al rato, me entero de que como no he querido escucharlo, la «buena señora» dios la tenga en su gloria, ha dejado su RECADO A mi compañera, no fuese a ser que le reventase dentro, claro… ALGO SOBRE UNAS HIERBAS QUE CONOCE PA ADELGAZAR.
He de decir que después de irse, mi compañera ha tenido que perfumar su despacho, del olor a pozo ciego que traía… paradoja ésta, que alguien que descuida algo básico como la higiene diaria, viene a darme «consejos de salud».
MORALEJA: Estoy hasta el coño de tener que aguantar a quienes les ofenden mis kilos de mas. Personas que se sienten imbuidas como seres superiores (que no se lavan, seres superiores cochinos, pero superiores, al fin y al cabo, puesto que sus kilos no se salen de la media) que se crean con derecho y sin reparos de opinar o dar consejos que, ya no es que no sean pedidos, sino que educadamente incluso he rechazado.
Pero qué sociedad de mierda hemos construido.