Llegas a casa, cansada de trabajar y te apetece navegar por internet.
Y después de mirar sin nada que te interese, decides entrar en un chat; a ver qué se cuece, que clase de gente entra ahí…
Y ahí te encuentras, metida en ese chat, leyendo frases (algunas sin coherencia) a duras penas,puedes seguir una «conversación» y te animas a participar.
De un momento a otro, te encuentras con varios chats privados, los lees, con alguno te llevas las manos a la cabeza. Pero hay uno entre 10 (por ejemplo) que de primeras no te ofrece quedar de primeras, sexo sin compromiso…etc.
Hablas con ese extraño, la conversación fluye y las horas pasan.
Decidís daros vuestros números de teléfono para mantener el contacto fuera de esa fauna que es el chat.
Los primeros días muy bonito, muy educado, muchos buenos días, que tal ha ido el día…
Y cuando vas cogiendo confianza una cosa va a la otra y te encuentras mantenimiento una conversación muy subida de tono, es divertido, si. Pero ha surgido.
El problema viene después de esa conversación, que esa persona que parecía no ser mendigo sexual te da los buenos días, y a lo tonto te las tira que está cachondo, o que se acordó de ti este fin de semana porque se había a un sitio de intercambios de pareja, más que nada porque está seguro de que a tí te encantaría.
Todo para volver a llevarte al huerto y tener una conversación sexual para que el señor pueda hacerse una paja a gusto.
Pasan los días, no dices nada. No quieres ser borde, pero es el mismo modus operandi de hace varias semanas después de tener la conversación subida de tono.
Ya harta (no porque quieras ser más puritana desde entonces) sino que ya se hace asqueroso, esa forma que tiene de mendigar tener cibersexo.
Porque una cosa es que surja y otra es que siempre que se acuerde de ti, sea para eso.
Así que por favor dejar de mendigar, hay muchas plataformas donde poder tener porno gratis, se hace un poco-bastante desagradable que nada más te contacten para desahogarse de esa forma.