No sé si esto debería ir aquí, pero la verdad es que no tengo ni idea de dónde ponerlo, así que perdón de antemano-
Os pongo en contexto, hace unos años conocí a un chaval mientras atendía a clases. Es un año mayor que yo así que estaba un curso por delante de mí, en el grado superior.
Le pidió mi número a un colega suyo que estaba en mi clase y en efecto se lo dio, y empezamos a hablar por WhatsApp.
Básicamente me dijo que le había gustado, me dejó claras sus intenciones desde el primer momento, más o menos. Personalmente nunca dejo la puerta cerrada a nada, y él no parecía un mal chaval. Le dejé claro en su momento que no le iba a poder ver como nada más que como un amigo hasta que no pasase mucho tiempo, porque soy tanto desconfiada como demisexual, y apuntaos el dato porque es importante. No le hablé de fechas porque con cada persona es diferente a fin de cuentas, pero empiezo a echar de menos a la gente tras cuatro meses de estar con ellos día sí y día también (pongo de ejemplo a un compañero de clase).
Bueno pues nada, hablamos y quedamos un par de veces como amigos, junto con otras personas, tipo cenas y copas con los compañeros de clase, además de vernos a diario en horario de instituto y quedarnos juntos en los descansos.
Él no era malo en sí, pero había algunos comportamientos que no me chocaban. Supuestamente no era machista, pero un día me suelta «yo no juego juegos con protagonistas mujeres porque no me siento identificado». Como que yo me siento muy identificada con Kratos (para quien no sepáis, un personaje hombre que mide dos metros y pesará como 120k, con más músculo que Goku que ya es decir).
Quizás os parezca una tontería, pero a partir de ahí, empecé a prestar más atención a lo que hacía y decía en según qué cosas.
Algunas de las que no me chocaron fue que, primero, tenía dependencia emocional. Esto no sería malo en sí de saber gestionarlo, pero no sabía hacerlo, así que podéis imaginar la tesitura. No había hablado con él más de seis veces cuando pensó en dedicarme una canción cuyo estribillo empieza con «tú eres mi ancla», cosa que si bien me contó más tarde y no llegó a hacer en el momento, me dejó un poco descolocada. Además y pese a saber de sobra que yo había accedido a conocerlo COMO AMIGO, iba diciendo a sus amigos que estaba «conociendo a alguien», en el sentido romántico de la frase. Y también era el típico que lloriquea «not all men» cuando generalizas, ya que una vez me contestó s un tweet en el que reflexionaba creer que las personas que se sienten aludidas en estos casos suelen tener algún tipo de problema, diciendo que «generalizar no me dejaba en buen lugar».
Aun así ignoré un poco estas cosas, pensando que sólo necesitará una charla para ver las cosas desde otro punto. Pero la última vez que quedamos, me puse enferma. Vomité por la noche, y claro, al día siguiente salió la conversación, y me reprochó que por qué no se lo había dicho, que entendía que no se lo dijera a mis padres (vivo con ellos, y si bien no me acuerdo si se lo conté a ellos, las cuatro de la mañana no es buena hora para decir que has potado y te has vuelto a la cama porque no era la gran cosa). Aún me arrepiento de no haberlo puesto en su sitio entoces, pero ese es otro tema.
Le dije que no quería molestar, que no es mentira porque ni a mis padres se lo contaría hasta la mañana siguiente, de habérselo contrato. Y la conversación acabó en que estaba pensando en rendirse porque yo no respondía como él esperaba, y así terminó el tema.
Me sentí un poco mal, pero entendí más pronto que tarde que yo no había hecho nada y que quien tenía que aclararse eres él. Repito, soy demi, y eso él se lo pasó por el forro como le dio la gana. Pero en fin..
En efecto dejamos de hablar, pero entonces entró la pandemia, y me llegó un mensaje suyo. No me acuerdo ni qué decía, pero me cabreó soberanamente, porque lo primero que se me pasó por la cabeza fue que como no tenía nada mejor que hacer… Así que pasé de contestar.
Pasé a segundo curso, y él se buscó trabajo. Volvió a hablarme para ofrecerme ayuda con las asignaturas, pero respondí bastante cortante, por no hablar de que tuve que repetir entre unas cosas y otras.
De nuevo, nada de hablar hasta hace unos días, cuando volvió a escribirme para preguntar que cómo me iba. Y ahí está, sin ver ni responder el mensaje.
Honestamente no sé si debería contestarle, ha pasado un año y la verdad es que asumo que seguirá con las mismas tonterías si está intentando volver a contactar…