Pues a mí no me hace ninguna gracia la historia la verdad.
Lo primero, eso de «BidDickEnergy» que se está poniendo de moda es vomitivo. Es cosificar a los hombres y tachar una vez más su valía según algo que no han escogido como es el tamaño de su pene. Estamos algunas peleando contra el falocentrismo y vosotras lo alimentais.
Lo segundo, tu compañero de piso no tiene un trabajo como un fontanero o un cajero del super, no. Él no aporta a la sociedad. A ese tío se la pone dura follar con chicas que seguramente no le desean y que están haciendo eso por dinero, probablemente cohibidas por una cámara y realizando prácticas que seguramente no aprobarían en su vida real, pero que en el porno les piden porqué hay demanda. Es igual que si se fuera de putas pero cobrando. Me parece repulsivo.
Y para las que hablen de la ética y blablabla, os recuerdo que había mucho «actor» (no son actores de nada, son tíos a los que graban follando agresivamente a una mujer, porqué el porno mainstream es enfocado al placer masculino y punto, y responsable en parte de lo mal que follan los hombres de hoy) que trabajaba en productoras como la de Torbe, que luego se destapó el pastel y se vio que las actrices muchas eran mujeres en situaciones de extrema vulnerabilidad, víctimas de extorsión, o directamente de trata.
Gracia ninguna. Tu compi es un flipado y un misógino y lo mantendría lo más lejos posible de mí.