Hola chicas. Llevo muchísimo tiempo queriendo contar mi historia, y hoy por fin, he sacado la artillería pesada.
Tuve un relación con un chico durante casi 8 años. Los dos primeros todo fue fenomenal. Cariñoso, simpático, amable, comprensible… Cortina de humo, realmente. A partir de ese año, todo comenzó a cambiar.
Yo siempre he sido una chica muy sociable y, para el, ahí radicaba el problema.
Comencé a trabajar y, en ese momento, él empezó a hacer cosas que, para mí y en ese preciso lapso de tiempo en mi relación, eran normales y hasta podían significar que me adoraba.
Si me iba a comer con mis compañeras, aparecía.
Previamente, claro está, él me acribillaba a mensajes preguntándome donde, como y con quién estaba.
Me llamaba muchas veces para ver «supuestamente» lo mucho que me echaba de menos.
Y así empezó mi caos.
Pasaba el tiempo, y con él las prohibiciones.
No te pongas faldas tan cortas, por dios, que pareces una puta.
¿Xq te maquillas tanto? ¿No te das cuenta que vas haciendo el ridículo?
Tu cállate, que aquí no tienes que opinar. Bueno, ni aquí ni en nada.
Me rebuscaba en el bolso y me cogía el móvil para espiarme. Llegó incluso a pedirme facturas.
Payasa.
Golfa.
Palabras que aún me duelen.
A estas alturas os preguntaréis, ¿Xq no lo dejaste? Sinceramente, a día de hoy, sigo creyendo que me tenía anulada
No vayas con determinada amiga porque claro, sale de fiesta, y tú no vas a llevar ese ritmo de vida.
Si comía con él o pasábamos un finde juntos, era su esclava. A su merced. Machista. Retrógrado. Maltratador. Así lo defino.
A todo esto yo, tenía unos 22 años
Y llegamos al tema clave. El sexo.
O lo hacíamos o lo hacíamos.
Si o si.
Una y otra vez.
Asco y resignación de mezclaban.
Porque claro, eres mi novia y debes hacerlo.
Xq encima si no lo hacía, dejaba de hablarme.
Y si esa noche dormíamos juntos, me daba hasta patadas para que supiera que lo había hecho mal.
Decía cosas delante de sus amigos tales como: yo quiero meterla por el culo. Y si no es con ella, buscaré con quién. Y se reía. Maldito payaso.
El que luego decía que su padre veía porno (porque le pillé unas cuantas páginas en el buscador del ordenador) y era él el que se pajeaba cual mono.
Anulada. Humillada. Vejada. Cómo mujer y como persona.
Separada de la gente que quería. De mi familia. De mis amigos. Hasta que la luz llegó a mi vida.
Alguien que, en principio parecía alguien más en el grupo (repito, grupo q era suyo, xq mío creo q me quedaba el nombre nada más), me cambió la vida.
Me abrió los ojos.
Y dije BASTA
BASTA de humillaciones
BASTA de malas palabras
BASTA de soportar
Porque el amor, no duele. Y si duele, no es amor.
Cuento todo esto porque, después de 8 años tormentosos, salí. Con cicatrices, las cuales aún están ahí. Con tus traumas. Con tus flashback. Pero se sale. Por favor, no permitais que nunca nadie os diga cómo y cuándo. Somos totalmente válidas solas.
Y si, rehice mi vida. Y él también. Solo espero que ella no esté pasando por lo mismo…