Estoy bastante quemada de leer foros y quejas de gente culpando a niños y a madres de sus propios problemas así que vengo a contar lo que me pasó a mi hace poco en una tienda para que veáis que las cosas no siempre son como las pintan.
Mi hija tiene 6 años y como todos los críos de su edad es bastante inquieta. Fuimos su padre ella y yo a una tienda de decoración porque teníamos que comprar unos regalos. Un sitio en el que además ella se estaba aburriendo claramente. Mi marido la tenía de la mano y cuando al fin elegimos lo que queríamos y fuimos a pagar yo me acerqué al mostrador y mi marido se quedó con ella por los pasillos mirando otras cosas.
Mientras estaba pagando se escuchó como un ruido muy fuerte y una de las dependientas fue en seguida a ver qué había pasado. Mi marido y la niña aparecieron por otro pasillo y dijeron que no sabían qué había sido. La dependienta volvió al mostrador toda enfurruñada y diciendo que mi hija había tirado tres copas, que se habían roto y que teníamos que pagarlas.
Mi marido lo negó por completo, dijo que la niña estaba en aquel pasillo pero que él no la había visto acercarse a las copas y que no podía ser. Yo creo a mi marido y además es una persona muy justa así que estoy súpèr segura de que la niña no hizo nada. En esa zona además no había cámaras de seguridad así que era la palabra de la chica contra la de mi marido. La niña en todo momento dijo que no había tocado las copas.
Tres copas de 20 euros cada una, es que ni loca pago yo eso porque a esta chica se le haya metido entre ceja y ceja que fue mi hija. En la tienda había más gente pero la chica estaba venga decir que nadie más que mi hija se habían acercado a esa repisa.
Es lo que os digo, un ejemplo de la ineptitud de algunas personas. Que las copas podían estar mal colocadas, o que alguien le diera al pasar y cayeran… mil motivos. Pero lo fácil es llegar, ver a la niña allí cerca y culparla a ella.
Pues nos hemos negado a pagar nada, dicen que tomarán medidas y que las tomen si quieren, pruebas no tienen así que ahí se van a quedar.
Los niños no son siempre los culpables de todos los males de los adultos, a ver si lo aprendemos de una maldita vez.