La frase final lo resume todo: es más difícil educar a las abuelas que a los hijos. Yo con mi madre dentro de lo que cabe en ese sentido he tenido mucha suerte porque mi madre ya siendo yo una niña no me daba bollicaos ni nada por el estilo, me daba a lo sumo pan normal, de barra con un trozo de chocolate dentro… pero la mayoría de meriendas eran pan con jamón, fruta… un yogur natural…
Que pasa? que mi madre no se ha extrañado cuando yo a mis hijas no les doy nada procesado y lo evito en la medida de lo posible tanto en casa como en casa de otros.
Con otras personas de la familia ha sido más complicado, incluso mi marido se ha tenido que reeducar en cuanto a alimentación porque él venia de comer procesados día sí día también.
Paciencia y no dejarla con ella, le dices que si le sigue dando no la llevas más y pones tierra de por medio unas semanas.