Lo tengo superado. Lo tengo superado.
Es algo que me digo a diario para ver si algún día me lo puedo creer. Mi historia es larga y dura.
Mis padres se separaron cuando yo era pequeña, ellos no se llevaban bien y dejaron de hablarse por completo al separarse. Yo iba dos findes al mes a su casa. Me llevaba y me recogia mi abuela o mi tio (maternos) para que mis padres no se vieran entre ellos.
Mi padre al principio me ignoraba y ya, me dejaba con una canguro, con una vecina con niños,… Hasta que cumplí 8 años y por algún motivo todo cambió. Me prestaba más atención, me daba regalos, me llevaba a comer fuera y yo podía elegir, me dejaba hacer todo lo que mi madre no me permitia (tonterias como cenar helado, comer en la cama…)y yo le adoraba.
Un dia me regalo un vestido y me pidió que me lo probase, al quitarme la ropa que llevaba el empezó a acariciarme y a decir lo guapa que era, acariciaba mi cuerpo y mientrás me hablaba de cosas «guays» que hariamos. De ahí pasó a dormir conmigo, decía que era divertido y a mi me parecía bien, la verdad, pero no me gustaban ni las caricias, ni los juegos de cosquillas. El decía que eran nuestro secreto y que me quería mucho y yo también le quería a él.
Cuando me acariciaba le gustaba ponerme crema, tipo body lotion, me la ponia por todo el cuerpo y un dia, recuerdo perfectamente que fue durante las vacaciones de verano (me quedaba con él dos semanas) me empezó a meter los dedos. Me asusté y le dije que no me gustaba pero él decía que era algo que hacían todas las hijas que querían a sus padres, les dejaban que las acariciasen. De ahí pasamos a que yo le tenía que poner crema a él, sobretodo en su pene, yo lo odiaba pero nunca me negué. Decía que su pene estaba malito y yo debía cuidarlo, me pedía que lo besara, que lo acariciara. Después siempre venían regalos, helados, muñecas… Se acababan esas vacaciones y un dia me desperté al notar como se frotaba contra mi, me puse a llorar por que el gemía muy raro (se estaba masturbando), le pedí que parase y sin decir palabra se tumbó encima de mi y me penetró. Recuerdo esa primera vez borrosa, vinieron muchas más , el casi siempre lloraba y me pedía perdón mientras me penetraba, otras veces me obligaba a practicarle sexo oral, de la impresión yo siempre acababa vomitando, el llorando y pidiéndome perdón, prometiendo que era la última vez. Incluso a veces era tan generoso que me dejaba elegir a mi si quería «pene en la boquita, en el culete o en la pepita (como le llamaba a mi vagina)». Si me negaba el me decia que yo no le quería, que era una mala hija, que lo ponía todo difícil y que a el no le gustaba tener que obligarme, pero es lo que hacía. Me decía que si se lo contaba a alguien a el lo matarían y yo callaba. Así pasaron 4 años. Yo pasé de ser una niña alegre y feliz a alguien timido, asustadizo y sin ganas de vivir. Mi madre estaba loca intentando saber cómo hacer para ayudarme, pero yo nunca decía nada.
Pasados esos 4 años a mi padre le diagnosticaron una enfermedad degenerativa y murió en el hospital poco después. Yo creía que había muerto por mi culpa, por las veces que me negaba «y lo hacía todo tan difícil» así que se lo conté a mi madre. Para no alargarlo más diré que fui a terapia (y ahí sigo 15 años después). Mi madre me salvo la vida con su apoyo y ayuda. Por desgracia sigo sintiendo que tuve parte de culpa y que por más que digan, esto no se supera nunca, aprendes a vivir con ello pero no se olvida.