¡Buenas a tod@s!
Es la primera vez que me lanzo a escribir aquí… Y es que ya la gota colmó el vaso.
Tengo 30 años. Soy músico y estoy cursando la carrera. Tengo muchos amigos, pareja, proyectos… Siempre me he cuidado, tanto por dentro cómo por fuera… Valores, educación, inteligencia… Voy a terapia para mejorar mi vida… ¡Y aún así mi padre tiene los santos tachines de sentir vergüenza de mí!
Hoy por primera vez hemos hablado abiertamente de ello y he podido ponerle los puntos claritos. He podido decirle lo que pienso y que el que necesita ayuda es él. La sociedad aún nos machaca con una idea de cómo debemos ser. Y lo hace no por nosotras, si no porque personas cómo mi padre quieren vernos así. «Me hice a la idea de una hija guapa y alta…» me ha soltado.»Es lo que tienes, papá».
Es así. Es lo que tiene. Una hija guapa, alta y gorda. Mi único pecado para él es no ser cómo él se imaginaba.
Y a mí me genera rabia e impotencia. Ya que yo siempre he estado luchando con este tema: la sociedad, amistades, carrera, yo misma… Subirse a un escenario pesando 170kg y midiendo 180, teniendo en cuenta cómo funciona todo y que te juzgan más por eso que por todo el arte que puedas tener… No es fácil.
Y hoy me he dado cuenta que nunca he querido adelgazar realmente. Porqué no quiero darle el gusto a él. Ni a él ni a todo el mundo que tiene el cerebro tan sequito cómo para no ver más allá.
Pero se acabó tener en cuenta que quieren y esperan los demás (en este aspecto). A partir de ahora voy a ser cómo me de la real gana. Siendo siempre sincera conmigo misma y cuidandome por delante de todo.
No sé aún si adelgazaré o engordaré. No lo sé ni me importa. Porque pase lo que pase, lo estaré haciendo por mí.
Gracias por leerme :3