Me la quiero comer con patatas fritas, de verdad os lo digo.
Estoy teniendo bastantes problemas de salud, tanto mental como físicos, no estoy pasando por un buen momento, la verdad.
El caso es que he perdido más de 20 kilos en meses, todo el mundo me dice lo guapa que estoy, lo bien que me queda la ropa y el gustazo que da verme; yo replico y combato y digo que no, que no estoy más guapa, que lo que estoy es más delgada.
Tengo las ojeras hasta el suelo, la mirada cansada, casi no sonrío (con lo que yo era) y nada, que estoy más guapa.
Pues el otro día me enfadé con mi madre porque nos peleamos por este tema, me fui a la habitación a llorar (no, por desgracia no tengo 16 años pero hay días que actúo como si los tuviera) y vino detrás mi prima que tiene seis añitos. Se sentó a mi lado, me empezó a acariciar el pelo y me dijo ‘no les hagas caso, tú estás más guapa cuando tú quieras, a mí me gustabas más de gorda’. Mira… me dio un ataque de risa que pa que. Me la comí a besos, claro está.
¿Por qué ella lo entiende tan fácil y a los adultos les cuesta tantísimo?