La primera vez que sentí mariposas fue con él. Mi primera vez fue con él. Con el vivi muchas cosas, y muy intensas, durante dos años de mi adolescencia. Pero mi inocencia no me dejaba ver más allá de todo lo bonito. Con el tiempo hice ese «click» y me di cuenta que había estado con un ser posesivo, controlador, celoso y maltratador, y no maltratador del que te hace daño físicamente, sino del que te hace daño con las palabras. Desde enfadarse por llevar unas leggins muy pegadas, hasta amenazarme con suicidarse delante mía con una navaja en la mano. Creanme cuando les digo que todo esto me hizo una mujer fuerte.
Todo pasó hace muchos años, pero el siempre vuelve a mí. Siempre mantuve la educación hacía él porque de mi podrán decir muchas cosas, pero no que soy mal educada; además, confío en el karma siempre y aunque no le deseo nada malo, sé que la vida se las devolverá. Él tiene pareja y una hija. El chico que conocí con 14 años, es el mismo, pero peor porque es más mayor. Sigue siendo un maltratador sicólogo: aunque lo diga entre bromas, su palabra favorita hacía a mí es inútil.

No vuelve a mí con ninguna intención de índole sexual o sentimental, simplemente aparece de tanto en cuanto a saber cómo estoy o qué tal la familia o el trabajo. Además, conozco a su peque y tengo una relación buena con su chica porque es un cielo. Yo ni siquiera tengo su número registrado porque no lo necesito, aún así el siempre vuelve.

Ahora soy adulta, fuerte y tengo una pareja que vale su peso en oro. Me hace sentir única, y doy gracias a la vida por haberlo puesto en mi camino. De corazón, de quiénes me da pena es de su hija y su novia, me consta que es de la misma forma con ellas. Hay que tener mucho valor para plantearle frente a esto, pero no podemos permitirlo más.

Necesitaba desahogarme. Gracias por leer❤️