El hecho de que un grupo de personas piensen lo mismo, para mí les otorga la razón. Pero es que no entiendo muy bien qué es lo que hago. Ellas dicen que es que las hago sentir como si fuesen estúpidas cuando suelto algunas frases. Me da pereza escribir así que os suelto el ejemplo más reciente:
-¡Ay dios mio, no sufrías porque tu coche estuviera aparcado a las afueras tanto tiempo?
-No, solo ha estado 15 días y allí hay muchos más coches. Qué voy a temer.
– Que se lo lleve la grúa
– Mmm…no, no conozco a nadie que le haya pasado eso.
– Pues yo sí, conozco casos (mirada asesina)
– Anda, pues mira que en verano hay coches aparcados durante meses y no se los llevan, qué suerte tienen.
– Aquí no, en Madrid a una amiga de mi hermana y por llevar mucho más tiempo.
– Osea, que no conoces a nadie en nuestro pueblo de mil habitantes que le hayan llevado el coche por estar 15 días aparcado junto a los aparcamientos de un polígono.
Riéndome de coña. ¿Es que tanto drama veis?
Pues dicen que cuando hago estas cosas que las estoy llamando tontas a la cara.
De verdad que me siento fatal si hago sentir mal a la gente, pero es que no lo veo.
–