Muy buenas hermosas mías, vengo a contaros una serie de catastróficas desdichas que no debieron haber pasado JAMÁS pero como mi retraso es intenso aquí están.
Una temporada en la que yo no mojaba ni haciendo un rito pagano desnuda bailando al rededor del fuego, apareció en mi vida el típico amigo de un amigo que no era ni guapo ni interesante, pero que no estaba mal del todo, ese tipo que te atrae pero no entiendes muy bien por qué.
(Tal vez porque el chirri me estaba ya criando telarañas)
El chico pues oye… tenía pinta de no conocer la existencia del clítoris ni de haber visto muchas tetas en su vida pero por lo visto esas señales a mi no me eran suficientes, porque aquí la doña lleva el astigmatismo como modo de vida.
Empezamos a hablar todos los días, bastante buen rollo.
Después de algún tiempo sin que pasase nada decidí poner los puntos sobre las íes y decirle de ir a su casa a empezar una peli que no tenía yo muchas intenciones de acabar. Y es que el chaval tenía una casa PARA EL SOLO a un par de casas de la de los padres, casa que usaba exclusivamente para estudiar sin que nadie lo molestara (Lo dicho, pocas luces) era una cosa muy extraña(sobretodo porque tenemos ambos veintipocos).
Total que vamos a su casa y ni poner la peli ni hostias, me tiré encima suya y le dije que fuéramos a su habitación que le quería dejar seco.
El chaval estaba como si acabase de ver por primera vez la luz solar, super motivado me llevó a la habitación en el colo y me tiró en la cama. Todo iba divinamente hasta que empezó a tener complejo de macho forocochero estándar (actitud sacada de tanto porno y tan poco sexo de verdad) pero yo ignoré todo esto y seguí a lo mio.
Estuvimos besándonos como…DOS PUTAS HORAS, sin exagerar y cuando digo besándonos es SOLO besándonos, porque no me dejaba tocarle absolutamente nada, eso si el apachurró teta como si no hubiera un mañana, parecía que estaba ordeñando una vaca.
Llegó un momento en el que estaba tan preocupada (y aburrida, las cosas como son) por si no estaba cómodo que le pregunté si le pasaba algo
– Es que lo estás haciendo mal.
PERDONA?!?!?!?!?!?!?!?! O sea, MI PUTA CARA UN CUADRO.
+ Cómo que lo estoy haciendo mal, estás incómodo o algo? quieres parar? (Yo flipando en colores fosforito)
– Si no estoy cachondo… es tu culpa,
Mira yo ya no sabía si quería tirarme por la ventana o tirarlo a el.
Intenté explicarle que no estaba bien hacerme sentir culpable y que las cosas se hablaban, que si quería contarme como estar más cómodo adelante y blablablabla, vamos yo siendo un puto sol y el tipo R que R con que yo no le ponía cachondo, al final me acabé cabreando me vestí y le dije que me llevara a casa.
Frente a esta situación el señor aun tiene los santos cojones de preguntarme si me había enfadado. QUE VA, SI TE PARECE ESTOY SUPER FELIZ Y CONTENTA (Spoiler: NO)
Me llevó a casa, me quiso dar un beso a lo que le respondí con una cobra nivel 5, salí del coche y santas pascuas.
Vamos que ni empotramiento ni peli ni NADA.
Lo peor es que esto…TIENE SEGUNDA PARTE SEÑORAS. Y es aún mejor que la primera.
Ya os contaré.