Buen jueves a tod@s. Me siento tan asqueada que he pensado que podía ser buena idea abrir nuevo post como desahogo. A día de hoy me angustia mucho el tema laboral que me pilla además en horas bajas, en época de cambios y nostalgias personales. Mi vida social y aficiones sí están bastante bien, tengo una vía de escape importante en este sentido. Acudo también a una psicóloga periódicamente y agradezco tener un espacio para poder expresarme sobre mis preocupaciones actuales. Querría haceros un dibujo de mi actual ambiente de trabajo, ambiente que he de tragarme de lunes a viernes y que llevo aguantando ya durante 4 años porque no hay forma de poder cambiar de curro (he hecho y hago cursos de reciclaje, cada día me apunto a nuevas ofertas, he hecho algunas entrevistas en las que te marean como quieren…y nada). Trabajo en una entidad muy ‘especialita’. La podríamos definir como un cementerio de elefantes, de viejas glorias del ámbito académico e intelectual. Mis jefes directos suman juntos más de 150 años; tienen 80 y pocos tacos cada uno. En este tipo de entidades, se puede chupar de la teta hasta la sepultura. No tengo nada en contra de la gente mayor, pero a estos señores se les empieza a ir la pinza y son especialmente insoportables porque proceden del ámbito en que han vivido toda su vida: estatus social y lameculismos perpetuos. Tienen unos currículums de méritos y títulos acumulados, para caerse de culo. Me río mucho cada vez que hay polémica con los másters de los políticos. Por su edad y contexto, no viven ya en este mundo. Aglutinan muchos ‘istas’ en su forma de ser y de comportarse: racistas, machistas, clasistas y muy egoístas. Mi jefe directo tiene una ansiedad y una inseguridad galopantes que consigue inyectarme cada vez que me visita; es un vampiro de energía. Por no hablar de que de un tiempo a esta parte vive una lucha de egos con el jefe supremo. Y ahí estoy yo, en medio, para recibir todas las broncas. Eso sí, como te equivoques en algo te la lían, como si fuera el fin de mundo. Después tengo otro compañero, un subordinado directo del Jefe supremo. Es una de las personas más poco interesantes que me he echado a la cara en mucho tiempo. Es un tanto bipolar; según le da, parece que está más amable y solícito contigo. Pero muchas veces incurre en actitudes odiosas como ningunearte, no escucharte, escaquearse de todos los marrones, menospreciar lo que haces (‘no te pagan para pensar’, me dice), mostrar una especie de orgasmo y diversión cuando tú las has cagado en algo. Pero lo que más me toca los ovarios son sus explicaciones cansinas sobre cómo has de hacer tu trabajo, a menudo repitiendo la idea que yo le acabo de exponer (mansplaining?). También podría referir otras lindezas como el hecho de apestar cada puto día el wc compartido, y dejar su tupper y platos sucios en la única pica común. Afortunadamente, me cambiaron de espacio y eso ya no lo tengo que sufrir. Como colofón a este cuadro, una tía que viene 2 veces a la semana, borde y seca como ella sola. La comunicación aquí es nefasta y los egos son tan catedralicios que se estilan las puñaladas traperas y la hipocresía. El resultado por mi parte es el de un abatimiento total, una desmotivación absoluta. Ya voy aplicando mis estrategias para poder gestionar todo esto, pero por momentos siento que me ahogo aquí. Y necesito tener mi dinero. En fin…cómo lo véis? Se aceptan consejos, opiniones y si queréis podemos aprovechar para chotearnos de todos estos seres que se encuentran en la jungla laboral. MUCHAS GRACIAS A TODOS.