Hola a todas. sé que lo que voy a contar os va a representar a muchas y espero ayudar a otras.
He sido gorda toda mi vida, eso sí, una gorda muy activa. me encanta el senderismo. Me gusta pasear. Y nadar, mucho. Y lo hago todo con frecuencia, con más intensidad que la mayoría de gente que conozco. Pero igualmente, cada vez que he ido al médico no era suficiente. No. no era suficiente hacer cien largos nadando en la piscina a diario, no eran suficientes los paseos de 10 km ni las vacaciones de dos semanas en que acababa sumando 300 km.
No era suficiente o más bien para los médicos era mentira, porque claro, con 1,70 y 100 kg, es que te la pasas en el sofá comiendo panteras rosas.
Desde muy joven tenía un problema, y es que aunque durmiera bien me andaba durmiendo siempre por las esquinas, especialmente en verano, estaba todo el dia muerta de sueño. Cuando iba al médico y se lo decía, no se molestaba ni en mandarme analíticas, porque el diagnóstico era inactividad. Que si iba de la cama al sofá no podía esperar otra cosa. Daba igual que dijera que eso no era así.
Hasta que conocí a una doctora que decidió hacerme una analítica y sorpresa: mi tiroides no funcionaba bien. Me dijeron que ese problema me impediría perder peso con normalidad y que siempre tendría tendencia al cansancio extremo. Gracias a esa doctora, se me hacen análisis dos veces al año más otras pruebas, que no me han librado de otras cosas como de que por ejemplo un otorrino me dijera que si tenía tapones en los oídos era por gorda. Sí, en serio.
También está el otro gran melón de las gordas, la ginecología. La primera ginecóloga que tuve me decía directamente que yo me iba a morir de diabetes (a pesar de no tenerla ni tener antecedentes familiares), que acabaría llena de miomas y que por supuesto mi SOP no me dejaría ser madre nunca. Que me hormonara, pero eso me haría engordar más. Cuando preguntaba por otras alternativas me decía «allá tú» y no me informaba de más. Yo no quería tomar la píldora porque en mi familia muchas mujeres habían tenido problemas serios derivados de ella, y cada vez que iba al ginecólogo reclamaba otras opciones. Pero me decían que no había ni que mirarme para saber lo que había y que allá yo.
Así que dejé de ir al médico. Eso es malo, eso sólo me podía hacer daño a mí, pero no podía con más humillaciones.
Diez años de hacerme citologías pero nada más, se había convertido en un trauma.
Hasta que este año decidí volver. Y conocí a una ginecóloga que ha hecho más por mi salud mental que otra persona.
Resultó que no, no tengo SOP. ni miomas. en palabras suyas, mi aparato reproductor es un ejemplo de buena salud.
Me envalentoné y le pregunté por los hijos. Y me dijo que yo era perfectamente fértil, en principio, que más allá de la diabetes gestacional no tenia más que temer.
Esa mujer me despidió con una sonrisa tras oír mis traumas con el gine, y me dijo, sabes? no eres un monstruo. Eres una mujer perfectamente sana, activa y normal. Y espero que nunca más tengas que oír lo contrario.
Tengo que reconocerlo: se me escapó una lagrimita al oír eso. Y con su sonrisa, mis fantasmas de gorda salieron por una ventana.
Amigas gordas, dos cosas: no dejéis de ir a revisaros por miedo, luchad por tener buenos especialistas. Y no hagáis como yo, no dejéis que os hagan creer monstruos. Un saludo.