Vivimos juntos. Si no fuese así, podría entenderlo, pero pasamos prácticamente todo el día juntos; no es como si no pudiera estar conmigo. Lo ve varias veces al día, en cualquier momento; cuando va al baño, mientras me ducho, si me ausento un momento, mientras duermo, si yo estoy en el baño, antes de dormir, etc. Si estoy dormida, fuera de casa o en la ducha, aprovecha para hacerse una paja, si no, lo ve igualmente, aun sin tocarse, por amor a mirar.
Le he pillado innúmeras veces y le he explicado de mil maneras cómo me hace sentir, cuánto me duele y me perturba esta situación. Se molesta, se enfada, trata de explicarme que no significa nada, me dice que ya no lo hace (lo típico) y lo sigue haciendo. Aun si ese mismo día me ha visto llorar y sufrir y hemos estado todo el día mal, termina por hacerlo (siempre a escondidas y negándolo después). ¿Que si tenemos sexo? Muy de vez en cuando. Si lo tuviésemos a menudo, quizás no me preocuparía tanto (aunque también), pero la pregunta que le hago a menudo es «¿Por qué si puedes elegir entre el porno y yo, eliges lo primero?» Nunca hay respuesta, salvo cosas como «No tiene nada que ver» o «Yo solo te quiero a ti». Nos ha jodido, ya sé que no quieres/amas a la actriz de turno, pero cuando estás cachondo o quieres estarlo, la buscas a ella en vez de a mí.
¿Por qué? Me considero atractiva (o me consideraba, ahora me siento una mierda) y me consideran atractiva, incluido él, que me lo hace saber a menudo. El sexo no es primordial para mí e incluso podría vivir sin él, pero cuando estoy con alguien, deseo hacerlo con él y solo con él. Estaría bien si él fuese asexual o no tuviese mucha líbido y no lo hiciésemos o lo hiciésemos poco por estos motivos. Pero no está bien cuando, al parecer, tiene tanta líbido como para ver porno cinco veces al día pero no para buscarme a mí. No he cambiado físicamente (ni en otros aspectos) en el tiempo que llevamos juntos (casi tres años), aunque esto es irrelevante porque lo hace desde siempre. Somos jóvenes (veintimuchos) y nos queremos. Pero esto me está destrozando. Pensaréis que soy una exagerada y una tóxica y que es normal y bla, que todos los tíos lo hacen, y de veras que he tratado de analizarlo y normalizarlo, pero no puedo, no puedo contradecir a mi sentir, no puedo. No es algo que pueda objetivizar. Es una patada en el alma, una paliza más bien, que cada vez duele más y me deja más desfigurada, rota, inexistente. Tengo ganas de hacerme daño y, de hecho, lo he hecho.
Quiero destruirme. Encuentro defectos donde quizás ni siquiera los hay, pero empiezo a sentir que soy un monstruo, que algo está mal en mí, que no soy «perfecta». También pienso que, incluso si lo fuera, no serviría de nada. Él seguiría haciéndolo. También lo hacía cuando estaba con sus ex, aunque parece que a ellas parecía no importarles, según me cuenta (aunque tampoco convivían con él a diario, con lo que la situación difiere bastante). No sé por qué escribo esto. Supongo que solo quiero decirlo. Que me siento una mierda. Que me siento fea, impotente, frustrada, loca, deprimida, obsesiva. Me odio.