¡Hola chicaaaaas!
Estoy pasando por un momento complicado y necesito desahogarme con vosotras. Resulta que llevo 10 años sin hablar con mi padre. Nuestra relación siempre fue tensa y al final decidí distanciarme por mi propio bienestar. Ahora que estoy organizando mi boda he decidido que no quiero que venga. Para mí la boda es un día de felicidad rodeada de gente que me quiere y me apoya y sinceramente no siento que mi padre encaje en ese momento.
El problema es que mi novio no lo ve igual. Él insiste en que me arrepentiré si no invito a mi padre, que es un día importante y que deberíamos intentar arreglar las cosas. Entiendo su punto de vista y sé que viene desde un lugar de amor y preocupación, pero es que para mí esto no es tan sencillo.
Me preocupa que la presencia de mi padre pueda causar más tensión y estrés en un día que debería ser todo lo contrario. No quiero revivir viejas heridas ni tener que lidiar con situaciones incómodas cuando debería estar disfrutando.