¡Hooola!
Veréis, mi pareja y yo llevamos unos meses hablando sobre el tema de tener hijos. Llevamos siete años juntos y es como que sentimos que es el momento. Pero yo soy una persona que le da mil vueltas a la cabeza absolutamente todo, y aunque quiera, le veo un par de pegas que son las que me echan para atrás.
La primera es que vivimos de alquiler. Desde siempre había pensado que si formaba una familia iba a ser ya teniendo mi propio piso. Y la realidad es que no tenemos suficientes ahorros como para mirar una hipoteca, porque eso de tener el 20% ahorrado lo veo complicado.
Y la segunda son nuestros horarios de trabajo. Ambos somos fijos: él de noche (pero que quizás empieza a las 7 de la tarde, hace 12horas) y yo de tardes. En su caso, no puede optar a la mañana porque hace muy poco que ha conseguido ser fijo después de mucho tiempo. Y yo pues imposible, el turno de mañana ya está cubierto y no cabe nadie más. Es algo que me pesa bastante porque pienso que cuando mi hijo vaya al colegio, no podré ir a buscarlo, ni pasar la tarde con él para ayudarle con los deberes. Y eso de que se ocupen los abuelos un rato es imposible porque viven en ciudades diferentes, además, yo salgo a las 22:00 de trabajar y tener a alguien ocupándose de mi hijo pues me sabe fatal.
Mi pareja a diferencia de mi no le da vueltas a la cabeza a nada. Él piensa que podemos salir adelante y que encontraremos solución a cualquier problema que nos encontremos. Pero yo no puedo pensar así.
¿Estoy exagerando? ¿Debería de dejar de darle tantas vuelta a todo?
¡Gracias por leerme!