Son niños, no perros. No los dejas en casa y los ves a la vuelta. Las bodas son un coñazo y los únicos que las disfrutan de verdad son los niños, eso ya para empezar. El resto va obligado y quejándose de lo caro que le sale. Por no hablar de lo surrealista que es lo de pagar el cubierto y demás. Voy a hacer un cumpleaños y voy a decir ah pero sin parejas y el regalo más vale que cubra el coste de mi fiesta. Y pelirrojos no quiero que no me gustan. Y andaluces no que no me gusta el acento. Y a ver si hay narices de quejarse

No tengo hijos ni me muero por ser madre, pero te voy a decir un par de cosas:
1. Quien debe decidir el tipo de ambiente al que va un niñ@ son sus padres, no tú.
2. Me parece cojonudo querer una boda de desmadre, pero también hay mucha gente adulta que tampoco le apetecerá eso (también habrá personas mayores, por ejemplo. Que vas a hacer, dejarlos también en la residencia para que no vayan?).
3. Estás excluyendo a una parte muy importante de la vida de tus invitados. Como comprenderás, eso no es plato de buen gusto para casi nadie.

Partimos de la base que era una hipótesis… te has casado en estos casi dos años??
Sinceramente, no tengo hijos… pero nunca los prohibiría, porque hacerlo? Solo te ha faltado decir que iban a correr las drogas a tutiple. En la última vía que fui habían niños, porque era de un familiar directo y así se lo pasó en grande desde los adultos hasta los niños.
Los padres deciden cuando se van los niños, y si van o no.
Me parece muy bien que es tu boda y tu decidas, pero no vayas de moralista ya que no quieres niños porque te molestan para montar una fiesta a la americana. Yo no sé si lo que quieres es una boda o un after. Tu lo dices gente borracha, magreandose en las esquinas.
Me parece una barbaridad.

Yo asistí a más de 12 bodas cuando era niña. Todos mis primos son mayores que yo y se casaron entre mis 4 y 11 o 12 años.
Lo recuerdo como lo más aburrido, espantoso, pesado y odioso de mi niñez. Cada vez que me decían que tocaba boda, lloraba. En una hasta me hicieron llevar los anillos, y lo pasé fatal.
Luego en la fiesta, a juntar 2 sillas para dormir, un asco. Eso sin contar el bochorno que pasaba de escuchar cosas que no acababa de entender, pero que comprendía como de ‘dos rombos’.
En fin, ojalá todos mis primos hubiesen prohibido niños en sus bodas, así ahora no me darían tanta fatiga.
No, no me gustan las bodas, y creo que es del trauma