¡Hola! No sé ni por dónde empezar porque no quiero dejarme nada, pero allá voy. Corría el día de Navidad, yo siempre he sido muy amante de esta época del año hasta el año pasado… No sé por qué pero por unas razones o por otras (si Fulanito trabajaba, Menganita lo celebraba en casa de su suegra…) acabé almorzando sola con mi tío político. Al principio no me molestó en lo más mínimo, siempre he tenido buena relación con él hasta el punto en el que hablábamos bastante a menudo. Tenía mucha confianza con él, nos reíamos y jugábamos a las cartas. Llega un punto que después de comer no teníamos absolutamente nada que hacer, era la una del mediodía y mi familia no llegaba hasta más o menos las cinco de la tarde. Para poneros en situación la casa está en un pueblo de menos de 100 habitantes, por lo que realmente no teníamos nada que hacer. Me ofrece ir a su habitación a ver una película, lo noto que está un poco borracho pero no le doy la mínima importancia, es mi tío, me ha visto nacer y crecer y se preocupa por mí, ¿qué podría hacerme? Acepto y vamos a su cuarto. Ya allí nos abrigamos y nos disponemos a ver buscar película, me ofrece una españolada medio erótica, y la verdad me daba igual lo que ver, solo quería ver algo así que me encojo de hombros y acepto. Empieza la película y todo bien, hasta que empieza a restregarme sus pies contra mis pies diciendo que hacía mucho frío. Sigo sin pensar mal pero ya no estoy tan cómoda. No quito la vista de la televisión. Me pasa la mano por encima de la barriga y repite continuamente el frío que hace. De repente, pone su mano en mi muslo y hace movimientos con el dedo como intentando llegar a mi vagina o estimularme… Ya ahí entro en pánico. No podía ver nada, y lo peor: tenía vergüenza de que se diera cuenta de que me estaba dando cuenta (¿por qué coño siempre nos sentimos culpables?)… Pensaba qué hacer pero tenía miedo, estaba en shock, mi tío me estaba tocando sexualmente, tenía el móvil apagado… Intento tranquilizarme y no moverme. Llega un punto que no puedo más cuando me abre el pelele (un pijama entero) preguntándome cómo era por dentro, aprovecha y me toca las tetas. Ya ahí no puedo más, le quito la mano, me cierro el pijama y lo miro. ¿Cuál es mi sorpresa? Lejos de estar avergonzado me mira con deseo y con una cara de viejo verde que no voy a poder borrar nunca en mi vida… Me tiembla la voz pero con la poca fuerza que encuentro le digo que tengo hambre y que quiero bajar a la cocina. Tengo miedo, mucho miedo, de que me fuerce y me obligue a hacer cosas que no quiero… Ahí como que se da cuenta de lo que estaba haciendo y se pone de un salto de pie. Corro escaleras abajo y pongo a cargar mi teléfono. Me tiemblan la voz, las piernas y las manos. Se enciende y le escribo a mi madre que tiene que venir a buscarme ya, no entendía la situación así que le explicó por encima para que venga lo más rápido posible. No quiero pelear, no quiero que le diga nada a ese ser asqueroso. Solo quiero ir a mi casa, ducharme, llorar y no volver a verlo nunca más. Mi madre hace un trayecto de 40min en menos de 20min. Para no hablar con él y explicarle finjo una llamada con mi madre en la que le digo que tengo muchos cólicos y que necesito ir al médico a pincharme, que viniera a buscarme rápido. Él me pregunta que por qué no le había dicho nada, que él me hubiera llamado, le digo que me quiero ir a casa y que mi madre ya había comido y no le importaba venir a buscarme. Cuando llega mi madre ni lo mira y solo lo saluda, él se da cuenta y cruzan menos de 5 frases. No atino ni a meter la maleta en el maletero. Nada más dejar la casa atrás empiezo a llorar, exploto… Le cuento a mi madre todo con lujo de detalles y casi no puedo hablar… Llego a mi casa y me arranco la ropa mientras grito, me meto en la ducha y solo puedo gritar y llorar, e intentar limpiar lo sucia que me sentía… Pero el dolor y el asco no se van. Tengo pesadillas día sí y día también, ataques de ansiedad cada hora, el miedo en el cuerpo… Pasado un mes estoy casi en una depresión y decido contárselo a mi tía, no puedo más. Me cree y me apoya, pero según ella no puede dejarlo, lo ama y es el hombre de su vida y ella afirma ser la mujer de la de él. Ella me dice que él estaba bebido y que no hubiera llegado a hacer nada conmigo, no solo no le creo sino que eso no me importa. Me pide una y otra vez que tenga un trato cordial con él para no romper la familia pero yo no puedo, solo pensar en volver a verlo me hace vomitar, así que antepongo mi salud a que mi familia esté unida falsamente. Se va de mi casa y el resumen es que con ella y su hijo la relación iba a seguir igual, pero a él no quería volver a verlo. El resto de mi familia se pone de mi parte y me defiende a mí, nadie quiere saber de él. Y aún así pasan los días y me sigo sintiendo igual, incluso tengo miedo de salir a la calle. No puedo más y decido que me quiero mudar de país. Empiezo a buscar soluciones para irme rápido y me voy. Hoy llevo ya casi cuatro meses viviendo fuera de casa, y aunque es algo que dejé enterrado en mi tierra, no deja de martirizarme y dolerme… Sé que es algo que no superaré nunca y estará siempre conmigo.