No voy a negarlo: a veces he pensado para qué siguen viviendo…

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  • Gema
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    Gema on #822634

    Pues yo te entiendo perfectamente,mis dos abuelos con Alzheimer,mi abuelo falleció hace tres años después de múltiples pasos por el hospital con dolores y sufrimiento,en su cara se notaba el miedo cuando dejaba de reconocer y ni sabía dónde estaba,y es verdad que lo llegas a pensar,sobre todo porque él deje de pasarlo mal.
    Mi madre lleva dedicada a los dos desde hace 15 años que les diagnosticaron,a día de hoy mi abuela sigue viva y,pese al Alzheimer aún es capaz de reconocer y mantener una conversación,pero aún así es totalmente dependiente. Mi madre tuvo que dejar de trabajar en 2020 por la pandemia para dedicarse a ella ,porque cada dos por tres ponían el centro de día de mi abuela en cuarentena,y ahora,con 61 años que tiene mi madre,solo espero que mi abuela dure ,por lo menos,hasta que mi madre cumpla su edad de jubilación y pueda optar,aunque sea,a una pensión de mierda,por haberlo dejado todo para cuidar a su madre en sus últimos años de vida laboral . Así que yo también tengo clarísimo que no quiero depender de nadie,ni vivir desorientada y cagandome encima. A quien no lo entiende,es porque no ha tenido que vivirlo.


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    Inma
    Invitado
    Inma on #822676

    Con apenas 30 años y sin experiencia empecé a cuidar ancianos. En su día escribí lo que te dejo a continuación, todo tiene su porque, no se si te doy respuestas pero yo encontré muchas en aquellos ancianos con demencia…
    No había cumplido aún los 30 años, no sé si fue cosa del destino, pero de golpe me encontré con que mi vida quedo unida para siempre a la vejez. La gran desconocida, de la que todos huimos, el camino sin retorno y en los casos más tristes, el desandar del camino.
    Yo una persona insegura, llena de miedos pero que intentaba aprender descubrí que tenía un feeling especial con los mayores y en aquellos momentos sentí que mi finalidad en la vida era llenar aquellas vidas de un poquito de color, lo que nunca imagine era el tono multicolor con el que ellos fueron llenando mi vida.
    Francesc fue especial porque fue el primero de ellos, aprendí de sus silencios y de su mirada. Solo supe de él lo que Lola su mujer me explicó, conocí instantes de su vida recogida en una caja de fotografías que Lola un día quiso compartir. A partir de ese momento me marque un lema muy claro esos instantes y lo que Lola me explicaba era lo máximo a lo que yo aspiraría de su pasado. Lo que compartiría con Francesc seria a partir del momento en que cruce la puerta de su casa. No quise escuchar comentarios ni chismes de los vecinos, de lo que hizo en su vida si fue bueno o si fue malo yo no era quien para juzgarlo ni para querer saber.
    Lo acompañe en momentos muy íntimos, vi sus lágrimas caer cuanto todos pensaban que por su demencia ya nada sentía, a su lado fui creciendo, vibrando y sufriendo, cosas de la vida. Nunca había visto a nadie morir ni a ninguna persona muerta, pero intenté ser valiente y creo que lo conseguí, si lo cuide más de un año ¿Cómo iba a dejarlo solo en el tramo más difícil de la vida? Vi cómo se iba apagando día a día, minuto a minuto casi hasta el exhalo final. Una mañana de otoño llegue a su casa y ya lo supe solo con mirar desde lejos su ventana. Después por primera vez vi la cara de la muerte reflejada en un ser humano, cual mariposa que escapa dejando atrás su envoltorio de crisálida así encontré a Francés aquella mañana.
    Con el tiempo vendrían muchos otros a quienes acompañaría en el duro camino del desaprender. Lo más duro mis padres a quienes de forma inexorable tuve que acompañar, pero de quienes siempre tendré un trocito de aquella alma que un día se escapó de mi lado pero que perdura en mis gestos y en mi mirada.
    Mi experiencia como trabajadora familiar y después como educadora social, me ha llevado a trabajar sobre todo con personas que estaban al final de la vida. He tenido que limpiar cuerpos y sostener recuerdos que pendían de un hijo. Estas experiencias me han hecho crecer y tener cada día menos miedo de la vejez y de la muerte viendo estos como procesos naturales de la vida. También estas experiencias me han llevado a escribir y mucho, mi primer escrito dedicado a Francesc lo añado a continuación.
    CIELO EN LOS OJOS
    Llevabas el cielo en tus ojos, y aquel toque de inocencia y de alma pura, yo intentaba reflejarme en ti pero no podía, tenía demasiada vitalidad y una gran dosis de juventud…. Viejo, ¿Qué significa ser viejo? ¿Qué es por esta falta de energía? ¿Acaso es por estas piernas que no corren persiguiendo tus sueños? ¿Es por este cuerpo cansado que hace prisionera a tu alma?
    Me mirabas y no decías nada, eras cómplice de mis silencios, de mis miedos y de mis dudas. ¿Sabes que me da miedo la vejez? ¿Sabes que tengo miedo de la muerte?, seguro que estabas leyendo en mi corazón porque muchas veces clavabas tus ojos en mí con una dulzura única.
    Cogía tu mano temblorosa y te ayudaba a caminar y tú, poco a poco, de forma muy lenta seguías mis pasos inseguros. Poco tiempo después dejaste de andar, tu cuerpo volvía a cortarte las alas, te iba aprisionando más y más……que es injusta la enfermedad! Como es de cruel la vejez!
    Llevabas el cielo en tus ojos, llevabas aquel toque mágico que da el silencio durante muchos años no compartido….conmigo compartiste silencios, poemas y amor….
    Te fuiste una noche de otoño, marchaste persiguiendo tus sueños, por fin te liberaste de tu prisión…..y yo me quede aquí sola, con más silencio pero con menos miedo y con menos dudas, ahora solo querría poner un poco de tu cielo en mis ojos…..
    16/4/1991

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    Isa
    Invitado
    Isa on #822685

    Ya me dirás. Mi suegro se puso enfermo y en cuestión de dos meses pasó de ser autónomo a ser un recién nacido. Tenía metástasis y la última semana empezó con dolores. Los médicos dijeron que era cuestión de días, yo esperaba que fuese lo más pronto posible. Puede que su esposa e hijos no quisieran que se fuese tan pronto. Pero realmente solo era alargar la agonía.
    La semana pasada se murió una vecina de ellos que llevaba 10 años con Alzheimer. De esos 10, la mitad de ese tiempo lo pasó encongida como un bebé y solo respirando y comiendo. Pero ya era una carcasa de la persona que fue. Ni siquiera se parecía a sí misma físicamente. Es una pena desear que esa situación se prolongue, solo por el dolor de ver a tu ser querido partir.

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    A
    Invitado
    A on #822723

    Hola,
    Pues yo también te entiendo. Mi abuela actualmente se encuentra en esa situación, mi madre se está encargando de cuidarla, dejándose la vida porque también trabaja, y junto con mi abuelo, que él sí está lúcido. Dice que llevarla a una residencia es condenarla. Y yo, que vivo en otra ciudad, veo que la que se condena es mi madre. Y que por otra parte, mi abuela está ya condenada. No sabe quienes somos, aunque intuye que algo suyo de familia, no recuerda nuestros nombres, si baja a la calle a pasear con alguna, cuando vuelve a casa ya no lo recuerda y pregunta cuándo va a salir, que no ha salido.
    En el caso de mi abuela, además, tiende a ser agresiva, sobre todo insultona. Está completamente ida y ya lleva así unos dos años, previo proceso de deterioro.
    Quiero a mi abuela con toda mi alma, me ha criado, y muchas veces he ido a ella antes que a nadie, pero ella ya no está, hace mucho que ya no es ella. Y se lo he dicho a mi madre, si tuviésemos opción de apagarla dándole a un botón, yo lo pulsaría. Sé que la señora que fue no habría querido seguir viviendo así.
    Y como decían por aquí, el duelo se pasa antes de la muerte en estos casos, porque en realidad tu ser querido ya no está.
    Te quiero mucho abuela, me acuerdo de tí todos los días. 🍃

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    Pany
    Invitado
    Pany on #822758

    Aún recuerdo como si hubiera pasado hace 5 minutos el momento en que vi a la madre de una de mis mejores amigas. Llevaba unos meses sin verla, me había contado que la estaba viendo el neurólogo. Cuando la vi, no estaba. Sólo decía «sí», «no» y «vale». Yo siempre he sido una marujita y para mí las madres también son mis amigas. Yo le dije que no pasaba nada, que seguro que la iban a diagnosticar y encontrarían un tratamiento. Entonces me fui a mi casa y lloré porque la había perdido.
    Han pasado un par de años y va a peor. Mi amiga tiene 30 y pocos, ha suspendido la boda, la maternidad, las vacaciones y todos sus planes de vida. Porque su madre se hace pis y caca encima, porque no sabe ni dónde está. Y yo la veo, después de haberla conocido desde joven, y sé que esa mujer ha abandonado su cuerpo ya hace tiempo. Y me siento terriblemente mal cuando lo pienso, pero me gustaría que descanse pronto y que mi amiga recupere su vida, porque no va a mejorar y no va a volver.
    Mi abuelo está pasando por lo mismo siendo anciano, y entre toda la familia le cuidamos sin problema, es algo que te esperas que pueda pasar. Pero cuando le pasa a una persona joven, que todavía tiene la vida por delante y familia que la necesita, es tan duro. Porque mi amiga no se permite ni un segundo de tristeza, porque eso sería admitir que ya no está. Y no se atreve a quejarse ni un segundo, porque piensa que esa es su obligación como hija y que es lo que se hace por amor. Es muy duro.

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    Lau
    Invitado
    Lau on #822786

    Yo si he vivido el caso de mi abuela con Alzheimer. Y pienso como la chica del post. Al principio están bien unos años, pero luego no saben ni donde están, no se pueden expresar sobre qué sienten o qué quieren que es de los más importante. Y son totalmente dependientes.
    Yo soy partidaria, de al menos cuando me llegue a mí, de que haya una pastillita en el que te duermas plácidamente y decir hasta aquí he aguantado, ya mi vida no tiene sentido. De que me vale llegar a los 90 años echa una mier… Yo no lo quiero..
    Que te metan una residencia donde ya no eres tú, eres de otro y hacen contigo lo que les da la gana(no digo que se les traten mal en todas pero en fin abuelos aparcados sin hacerles ni caso y muy poco personal), pero ya no eres tú.

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    Mar
    Invitado
    Mar on #822843

    Hola! Yo entiendo lo que dices.
    No se trata de cuidarlos o no, ni siquiera de si lo debe hacer la familia u otra persona en una residencia. Es si ese señor es feliz así, si si pudiera elegir, elegiría quedarse o partir. Creo que es natural preguntarse estas cosas ante situaciones así, porque hay casos muy diversos. Algunos están más lúcidos que otros. Algunos de hecho pueden expresarse y yo he oído ya a más de uno decir que se quiere morir ya o felicitarles por su cumpleaños y contestar que lo que quieren es morirse. Es duro pero también natural. La muerte es tan natural como la vida, aunque duele reconocerlo. No existe una sin la otra. Y también es natural que los de alrededor se pregunten hasta cuándo. No es lo mismo con los hijos, incluso adoptados. Los bebés nacen con unas características (ojos grandes y expresivos, cara redonda, piel suave, olor dulce…) que nos provocan ternura, ganas de cogerlos, cuidarlos. La naturaleza lo ha programado así y por eso mismo las madres sienten esa unión tan fuerte por sus bebés, las hormonas también actúan empujándonos a cuidar, no sobrevivirían de otra forma. En cambio con los mayores es diferente, elegimos cuidarlos porque los queremos o por respeto o empatía pero no existe ese impulso. Tienes un trabajo duro y bonito con el que puedes crecer mucho.
    Un abrazo.

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    Elena
    Invitado
    Elena on #822860

    Trabajé con personas discapacitadas un año, habían muchos niveles pero todos sufrían dolores continuos, algunos solo se paliaban a golpe de talonario, muchos no eran verbales, no tenían consciencia de sí mismos o no tenían memoria, por lo prácticamente volvían a nacer todos los días para sufrir y mantener con vida el cuerpo en el que estaban encerrados.

    Es un tema muy delicado, pero tuve muchas compañeras y a pesar de querer todas tener bebés en el futuro coincidimos en no seguir con un embarazo en el que se detectara discapacidad mental, física nos daba más igual porque precisamente conocíamos las herramientas pero la mental nunca va a mejor, o se estanca o acaba derivando en psicosis, esquizofrenia o diagnósticos que seguramente yo no conozca. También veíamos a los padres cuando venían a recogerlos y esas miradas de derrota, culpabilidad, resignación y vergüenza no se me olvidan 4 años después, y no creo que exista terapia que te ayude a superar eso, tu hijo y su condición te recuerdan continuamente la mierda de vida y el sufrimiento que le has proporcionado, y todos ellos se arrepienten en algún momento por mucho que digan, es imposible no pensar lo fácil que hubiera sido todo si no…

    La discapacidad como la demencia son cosas que solo van a peor, voy a ser mamá y una de las cosas que leo mucho acerca del postparto es ‘pasará, la culpabilidad pasará, y poco a poco volverás a ser la de antes aunque ahora no lo veas’. Sin embargo no es un mantra que puedas seguir cuando hablamos de una persona discapacitada o con esos casos de demencia tan graves…

    Sé que es duro lo que he comentado pero solo quienes hemos vivido esto de cerca lo entendemos, odio la discapidad de folleto, los malos ratos no son anecdóticos, sino diarios, y nunca existe una luz al final del túnel, la única que algunos ven es la muerte de estas personas que es lo que tú comentas, y es un tabú gigantesco como lo es la eutanasia. Se supone que el ser humano se empezó a diferenciar de los animales por ser el primero en mostrar compasión, pero hemos convertido esa virtud en egoísmo y creo que hay un debate a abrir en los próximos años.

    Igual que tú, no he querido ofender a nadie con lo que he dicho y mi discurso es mucho más amplio y concreto, pero quería que la autora viese que no es mala persona por tener esos pensamientos.

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    Cosita
    Invitado
    Cosita on #822925

    Hola! Te entiendo perfectamente. Actualmente tengo una persona muy cercana con una enfermedad degenerativa e incurable y. en los últimos meses su estado general se ha deteriorado muy rápido -y, como en el caso de los ancianos, sin posibilidad de marcha atrás-. Ahora en Navidades entró en la UCI por una patología asociada a su enfermedad y pensé exactamente lo mismo que tú… ¿merece la pena que salga/siga así? Del verano a ahora no habrá pasado ni una semana fuera del hospital o de la cama. Y cada vez va a peor. Eso si, creo que en el caso de mi amigo sí hay una diferencia, él puede decidir y por lo que tú cuentas, la persona a la que cuidas no…

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    Paula
    Invitado
    Paula on #822972

    El comentario de Inma me ha hecho llorar,.. como una magdalena estoy pffff precioso y debastador a la vez

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