Como quien dice, soy una mujer recién casada. Hace tan solo dos meses que volvimos de nuestra luna de miel y empezamos, de verdad, nuestra vida marital.
Mi chico y yo nunca habíamos compartido piso, al menos no más allá de irnos de vacaciones a un apartamento de alquiler. Así que para los dos eso de construir un hogar juntos es totalmente nuevo.
Al principio nos lo tomábamos un poco como un juego, o como una broma en la que cada uno teníamos un rol diferente en casa. Desde el minuto uno decidimos que al ser la casa de ambos los dos llevaríamos al día las tareas domésticas. Además, tanto él como yo trabajamos fuera de casa, así que no hay excusas que valgan sobre el tiempo que cada uno puede dedicar a tener la casa mínimamente limpia.
Pues queridas, en la teoría todo pintaba muy bonito, pero la práctica es un suspenso total para mi recién estrenado marido. Porque desde que se levanta hasta que se vuelve a acostar, puedes seguir su rastro a través de la cantidad de ropa sucia, platos resecos y mierda que va dejando a su paso. El tío no es capaz ni de meter en el cesto de la ropa su pijama sucio, no, él se ducha y lo deja en una esquina del baño como si ahí estuviera perfecto.
El salón, para correr, no puedo irme un sábado con mis amigas y dejarlo solo jugando a la Play porque para cuando vuelvo quiero matarlo. Cáscaras de pipas tiradas por la alfombra de pelo (que eso no hay quien lo limpie en condiciones), rondos de vasos sucios encima de la mesa de cristal, trozos de comida por todo el sofá… Es como vivir con un adolescente de quince años al que le da igual que le invada la mierda.
Y yo al ver el percal le dejé claro que por ahí no, que tampoco le pido que esté todo el día pasando la aspiradora, pero un término medio. Él me dice que tengo razón, que será más meticuloso con la limpieza y el orden, pero al final siempre vuelve a lo mismo. Es un caos total, en serio.
Lo peor de todo es que al final siempre termino manteniendo yo el orden en casa, ya sea porque no soy capaz de vivir en una cochiquera o porque tenemos invitados y me niego a que vean el piso hecho una mierda.
Necesito ideas para que aprenda a poner de su parte. Darle una lección o que simplemente sea consciente de que ese modo de vida se lo podía consentir su madre pero no yo.
Soy toda oídos, chicas.