Reproducimos el texto que una usuaria nos ha enviado al mail por error:
Necesito de vuestra sabiduría, porque lo que me está pasando ahora, me supera.
Conocí hará un par de meses a un chico genial, la verdad. Ni recuerdo si alguna vez en mi vida me he sentido tan bien con alguien. Atento, comprensivo, divertido, atrevido, no necesita que le alimente el ego, honesto, no perfecto, pero que me siento muy bien cuando estoy con él.
Ya en la segunda cita, me explicó que hacía como año y medio q se había sometido a una operación de reducción de estómago, y que estaba a mitad de un proceso, pero que estaba muy contento con la decisión tomada. Esto implica complejos y secuelas de aquel peso que tuvo en su día. A mí ni me importó ni me importa, porque eso ya me mostraba una fuerza de voluntad y una lucha digna de admirar, y así se lo hice saber.
Siempre hemos encontrado hueco para vernos, así q en este tiempo nos hemos visto muchas veces y hemos podido hablar mucho. El interés por vernos es mutuo o así lo siento yo. En esas conversaciones, me explicó que hacía muchos años q no tenía una relación con ninguna chica, y que sabía que llegaría el momento (pasamos la treintena los dos) y quería ser realista conmigo, pidiéndome que yo fuera paciente, no de esperar y esperar, sino que tuviera paciencia cuando llegará el momento, pues ya él auguraba q sería desastroso. Me lo tomé como es, pensando que por algún lado había que empezar e intentando darle seguridad, pues si el tema no rulaba hasta la décima vez, pues no pasaba nada. Me merece la pena.
La semana pasada nos fuimos de fin de semana juntos, y ya lo noté predispuesto y con ganas. Con sinceridad digo que, no tomé la iniciativa demasiado xq no quería que se viera forzado o que alguno de mis pasos fuera contraproducente. Así que cuando llegamos al hotel, con todos los nervios del mundo, hicimos un intento. No fue bien, pero como me lo pintó tan mal, para mí fue mejor de lo esperado. Yo no conseguí acabar ni de coña, y él no tuvo la voluntad de ayudarme a acabar. Pero la inexperiencia es lo q tiene. Yo vi, que con tiempo y práctica, la cosa podía mejorar, pero él se ralló mucho.
Tras superar hablando el mal rato suyo y hacerle ver que yo veía posibilidades. No le engaño, soy muy activa y el sexo es importante para mí, pero que con todo, no sé, es que vi que podríamos.
El problema viene que cada vez que lo intentamos, es una rallada. Un rato malo que él pasa y que me hace tener a mí por como lo veo. No sé cómo ayudarlo. No sé si no actúo bien…. No quiero tocarlo excesivamente para q el tema no acabe antes incluso, y que encima se sienta peor.
Empiezo a valorar que igual nos hemos conocido muy pronto, y que él debe acabar su proceso, incluyendo en él a algún profesional que le ayude, porque el estómago se opera, pero el coco? Eso es más complicado, y verlo así me genera frustración, así que no quiero ni pensar cómo se siente él. En resumen (después del tocho, sorry), cómo puedo ayudarlo?
Ya no sé qué decirle ni cómo explicarle, y veo que nos pasa factura.
Si habéis llegado hasta aquí muchas gracias! Os leo siempre