¡Qué complicado es el corazón a veces!
Lo primero de todo, agradecerte que compartas tus emociones públicamente, estoy segura de que no eres la única con este dilema y habrá más de una persona a la que puedas ayudar aunque sólo sea por el hecho de descubrir que no está sola.
Como todas las demás, me tomo la «molestia» de responderte con la intención de ayudarte a clarificar el posible embrollo que debes sentir y pensar.
Por la información que nos has dado, tienes dos personas interesadas en tí (¡afortunada!): por un lado tienes a un amigo que desea compartir contigo parte de su vida, que experimenta como tú una conexión intensa de la que surge la pasión suficiente como para intimar sexualmente pero a quien no le apetece comprometerse tanto como para ser exclusivos. De otro lado tienes a una persona que al parecer te demanda una relación exclusiva pero con quien debes tener algunos problemillas (de lo contrario no habríais roto). Muy bien, ya tenemos algunas pistas de lo que los otros pueden querer, pero ¿qué quieres tú?. Quizá no te apetece realmente renunciar a lo bueno de los dos y es lo que te está comunicando tu cuerpo…
Mi consejo es que te preguntes qué es lo que realmente quieres.
Quizá estás a gusto con tu novio pero hay cierto recelo por la ruptura anterior, quizá no se han solucionado del todo algunas cuestiones que os enfrentan, quizá no te sientas segura al 100% con él… Quizás sí te sientes a gusto pero tu amigo aporta «algo más», algo de lo que tu novio carece, quizás estás enganchada a la sensación de sentirte deseada (lo cual es una necesidad muy fuerte en una mujer) por tu amigo y no hay nada mágico en esa relación más allá del subidón de autoestima y el fiestón hormonal. Sean cuales sean las razones por las que mantienes las dos relaciones, haces bien en no negar tus sentimientos para no hacerte más daño. Enlistar los pros y los contras de cada una de las relaciones te puede ayudar a decidir si prefieres tener sólo una de las dos renunciando a la otra o tal vez merezca la pena mantenerlas. En este último caso, lo mismo que te digo que no niegues tus sentimientos, te digo que ocultarselos a una de las 3 partes implicadas, tambien te va a dañar. No hablo de confesar infidelidad, sino de exponer lo que sientes y lo que te apetece en este momento y darle a tu corazón el tiempo y el espacio que necesita para descubrir lo que más te satisface. Hoy en día tenemos una libertad que deberíamos proteger como un tesoro. Y quizá tu novio te quiera tanto como para acompañarte en el camino que tendrás que recorrer para averiguar qué trae más felicidad a tu corazón.
Ánimo y mucha suerte.