Hola Rebeca,

Acabo de leer en tu ig lo que te ha ocurrido… me ha partido el alma. Me ha costado ponerme a escribir porque de verdad que me he quedado absolutamente espantada de tu experiencia…

Sólo quiero decirte que lo que te ha ocurrido es un acto de profunda injusticia y maldad. Me da igual si maldad banal, irreflexiva o maldad forjada en el odio y la soberbia. Es indiferente. Dan igual los motivos que han movido a esas personas a actuar de esa manera, lo preocupante es que esto sea permitido, que esto sea fruto de una determinada cultura, que no sea un caso aislado y que constantemente se ejerza violencia sobre las mujeres y sobre sus cuerpos. Sea esta verbal, simbólica o física, se ejerce violencia contra los cuerpos de mujeres.

La gordofobia es un síntoma de lo profundamente enferma que está nuestra sociedad. En este foro se amontonan las historias de mujeres que han pasado una adolescencia y una juventud aterrorizadas por sus congéneres por la violencia, el bullyng, la constante humillación, la marginación…
Una serie de personas se sienten (porque se les permite socialmente) con el derecho de humillar a otras, de decirlas que ellas no son suficiente para ser personas, que son escoria por tener determinado cuerpo.

Desde la indignación hago un llamamiento a , por favor, no mirar a otro lado. Si presencias un acto de violencia de este tipo ACTÚA, si tu colega hace comentarios jocosos sobre el cuerpo de alguien CONTESTA, y si has sufrido ataques de este tipo DENUNCIA (en la policía, en redes, con una performances…es indiferente), por ti y por todas tus compañeras.

Encuentro de una valentía admirable lo que ha escrito Rebeca. Por su sinceridad, por su honestidad… Personalmente quiero agradecer ese acto de profundo respeto hacia todas las mujeres, porque publicar una cosa así delante de todo el mundo me parece un acto de valentía y sororidad.

QUiero decirte que todas las personas que os leemos, que os seguimos, estamos agradecidas por todo vuestro trabajo, porque os habéis atrevido a traspasar una barrera que estaba forjada en hierro en el tabú social. A muchas nos habéis cambiado la vida. Antes estábamos escondidas y vosotras nos habéis convertido en guerreras. Y no dudéis que estaremos aquí para luchar con vosotras.

No me sale nada más para añadir… simplemente quería dedicarte unas palabras porque hoy mi pensamiento y mi corazón han estado contigo en la distancia y creo que te lo debo después de todo lo que haces por todas las mujeres.

Te abrazo.

L.