No sé cuántos años tienes ni las posibilidades que tienes de independizarte, pero sea como sea, tienes que plantarte. Yo pasé toda mi infancia, adolescencia y juventud recibiendo ese tipo de comentarios, hasta tal punto que acabé usando pantalones largos, manga larga y hasta chaquetas que me taparan, todo el año, hasta en verano asándome de calor. Por supuesto, nada de ir a la playa o piscina con mis amigas ni hacer planes de día en veranos cuando hiciera demasiado calor para ir tapada. Y ¿Sabes qué? Qué me perdí la vida. Así te lo digo, porque esos años ya no vuelven.
Además, interioricé tanto mi poco valor como persona y que me merecía todos esos desprecios, que acabé con un maltratador psicológico y ni me enteré, hasta que ya era un despojo humano sin ganas de nada ni ilusión por nada. La vida me la dieron mis hijos, sin haberles tenído como motivo para luchar, no sé qué habría sido de mi.
Con esto te quiero decir, que esos comentarios hacen más daño y provocan heridas más profundas en la autoestima, de lo que te puedes creer. Así que, páralo ya. Plántale cara a tu madre y no permitas que te siga minando más. Tu peso no define tu valía y quien no entienda eso, está mejor fuera de tu vida. Así que coge tu falda más bonita, tu escotazo o lo que te guste llevar y pasea ese cuerpazo por tu ciudad con la dignidad que te mereces, sin dejar que una opinión tóxica y envenenada, aunque sea la de tu madre, te limite tu vida. No lo permitas.