Buenos días chicas!! Hace mucho que no me paso por aquí a comentar, así que ya iba siendo hora de volver. Además, me han soltado una de esas perlas que tengo que compartir sí o sí, pero primero, os pongo en antecedentes.
En octubre del año pasado, con un grupo de chicas que conocí en esta página decidimos hacer un cambio radical en nuestras vidas y adoptar hábitos más sanos. En mi caso tengo que decir que va estupendamente, la autoestima hace tiempo que ya la tengo muy bien, pero al haber hecho un cambio de vida tan grande, estoy perdiendo peso sin prisa pero sin pausa y aún me siento mejor (cuando comencé pesaba 120 kg y ahora ya voy por los 103). Me miro al espejo y me encanto, no soy más feliz ahora de lo que seguro seré cuando llegue a mi peso ideal, estoy disfrutando del camino de una forma que nunca pensé que lo haría. No os voy a engañar tampoco, hay alguna semana que no pierdo peso porque el estrés me puede y no he podido comer tan sano como me gustaría, pero eso no me desanima, todo lo contrario, me ayuda a seguir con renovadas fuerzas (soy humana, una semana tonta la puede tener cualquiera).
En fin, dicho esto, os voy a hablar de mi suegra. Mi suegra es puro nervio, no le sobra un gramo de grasa y eso que su alimentación es horrible (sobrevive a base de cafés con leche y, como mucho, hace una comida decente al día, a veces dos si le ha dado la gana de hacerse la cena). El caso es que mi novio aún vive con ella y, claro, hablo con él a tope por skype. En una de estas conversaciones, le cuento que esta semana me ha ido muy bien, a ver qué tal la báscula y tal… lo normal. Mientras a ella la oigo de fondo como dice: tú andar y fuera ascensor (teniendo en cuenta que eso lo llevo haciendo años no es que me cuente nada nuevo, pero bueno… tampoco es un comentario tan malo).
Lo bueno es cuando viene y me dice: bua, aún te falta para pesar 47 kg como yo. Toma bomba. Si llego a estar con la autoestima como hace 3 años, este comentario me habría hundido. En ese momento le dije: si llego a pesar 47 kg llevadme al hospital porque me estaría muriendo, me habría dado una anorexia ya.
Os soy sincera: no es de los peores comentarios que he oído, pero me hace muy feliz que me viniera una replica en ese momento y más feliz me hace ver que, aparte de hastío, no ha afectado en mi autoestima. Soy feliz, me siento bien y poco a poco estoy consiguiendo aquello que hace años me parecía imposible. Quién me apoye o no… me da igual, conmigo me basto.