Reflexiones desde la nada

Inicio Foros Querido Diario Relatos Reflexiones desde la nada

  • Autor
    Entradas
  • Vitta
    Invitado
    Vitta on #248015

    Ya me dejó.

    Entre las pausas para llorar, fumo. Entre las pausas para fumar, lloro.

    El final de un rompecabezas que intentaba desgranar. Las pistas evidentes que iba encontrando y se me negaban.
    Me aliviaba. Las guardaba. Las negaba. Las volvía a enterrar. Y podía seguir el camino de su mano. Feliz. Sólo fue un mal sueño. Él me ama. Sólo fue un resquicio de una pesadilla… que conozco bien, que me envolvió en el pasado. Cierro los ojos. Esta vez no es así. Lo abrazo. Estoy a salvo.

    Pero hay un número preciso de pistas, y al final las encontré todas. Formé una figura humana, que era él mismo. Idéntico a él. Pero ese hombre que se formó, era el que no me quería, el que no tenía amor para mí. Y al girarme para verlo. En ese momento me soltó la mano.
    Más bien, mi mano estaba sóla. Nadie la sostenía. Y esa nueva figura enfrente de mí era lo único que existía. La que mirándome con compasión, de quien ha acabado el juego, se prepara para darse la vuelta y marcharse.

    Cuando avisas a alguien del dolor pasado, de tu fragilidad. De lo difícil que es para ti confiar. Ven aún un reto más hermoso.
    Jamás fue amor. Ahora que se ha ido. Lo sé. Las dudas que me atormentaban ya no están. Cuando se hunde el cuchillo empieza la liberación. El fin del misterio. Y vuelves a estar sóla otra vez.

    Y no soy más fuerte.
    Estoy más muerta.
    Hoy estoy más muerta.

    Pero no muero. Y mi gata está extrañamente deleitada de que así sea. Ronronea mientras duerme en mis piernas. Su lugar favorito del mundo. Ajena a que en realidad, no vivo. Pero sí vivo.

    Cómo distinguir en esta vida si eres un reto para el ego, o si eres amada. Es algo que no me ha sido otorgado.

    Me quedo más vacía. No me planteo si seré capaz de volver a confiar. No me preocupa. No me queda nada.
    Lo que queda de mí es una estatua.
    Para ser admirada. Odiada. Ignorada o alabada. Con la misma indiferencia que refleja ante ello el mármol.
    No tengo nada dentro para responder. No me queda nada para dar.

    No tengo amor. Ni perdón. Ni odio. Ni rencor. Ni rabia.
    No cuento con la alegría para recomponer… algo. Una vida. Ahora mismo no recuerdo el entusiasmo. Y me molesta el sonido de cualquier canción.
    Es un sentimiento nuevo. Es el vacío. Y no sé qué recursos se utilizan ahora.
    Porque sigo aquí y no he muerto. Y estoy atada a un cuerpo que sigue teniendo los requerimientos de un cuerpo. Y me siento extrañada de seguir con esta mierda. Sin saber por cuántos años.

    Ser el lugar favorito del mundo de mi gata. Me alegra y no me alegra. Porque ella se recuesta confiada, sobre un cadáver al que le late el corazón. Y yo no puedo morir mientras ella me quiera. Porque quizás no estoy tan muerta. Quizás aún me quede algo de amor, como para privarla a ella del suyo.
    Reconozco que la amo con la ternura con la que se ama a un animal. Y encuentro que en mí aún queda algo, la ternura.
    Y que mis manos vacías, abandonadas, siguen siendo capaces de acariciar.

    Es extrañamente inaudito, que enmedio de este vacío y de esta ausencia de emociones, sólo reconozca en mí la ternura, y las caricias. Que de todo lo que cabía esperar que sobreviviera. No sea la venganza. No sea la manera de paliar este dolor.

    Aprendí que a quien se marcha no se le persigue. Eso sí lo aprendí.
    Igual que aprendí que todos vuelven tras sus pasos. Todos, sin ninguna excepción.
    Pero esa idea es como una campana lejana, no me importa. Ni me imagino en qué escenario ocurrirá ni qué palabras usará.
    No queda aquí dentro una persona. No queda un yo, ni un ego, que sienta nada al respecto de su vuelta.

    A su vuelta sólo habrá una estatua vacía. Y el único sentimiento que me quedará por él, ante la desesperación de su mirada, que tanta satisfacción me causó ver en otros ojos. Esta vez sólo me causará compasión.
    Si pudiera decirle que empecé a sentirla nada más dio el primer paso. Que ya la siento yo toda por los dos… que por favor viva feliz y no vuelva. Y nos ahorremos sentirla dos veces.

    Me aferro a este corazón que sigue latiendo, a la sed que me empuja a beber. A estos sentimientos extraños e inesperados que quedan en esta casa abandonada. Compasión… la ternura y las caricias.
    Y sí me quedo.

    Sí me quedo.


    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 1 entrada (de un total de 1)
Respuesta a: Reflexiones desde la nada
Tu información: