En 2014 estuve saliendo solo unos meses con un chico, teníamos 15 – 16 años. No hubo ni una discusión ni una mala palabra entre nosotros, fui feliz y más que pareja, éramos grandes amigos, con un respeto y un cariño inmenso. Era una persona totalmente diferente a mí, la típica que me habría hecho bullying o se habría metido con mis gustos y sin embargo se interesaba por ellos a pesar de no tener ni idea, el poco dinero que tenía se lo dejaba en invitarme a una cocacola o para comprarme un disco/libro que me gustase. Lo dejé simplemente porque me fui de campamento, no podía hablar apenas con él y se puso tan nervioso que me agobié y tuve que cortar. Me habían acosado previamente y esa sensación de agobio me recordó a todo lo anterior y corté de raíz. Quise explicárselo cuando se hubieran calmado las cosas y hacerle saber que no me había hecho realmente nada malo, pero nunca tuve la ocasión. Lo dejé cuando él estaba pasando por un momento muy difícil, se juntó con gente mala, incluso con gente que me había hecho daño a mí y me querían hacer daño, empezó a fumar maria… para mí fue una decepción tan grande verlo así que no retomé contacto con él. Ese es el resumen de nuestra historia.
En estos diez años me ha buscado por redes y me ha hablado unas 3 veces, siempre preguntando cómo estaba y rápidamente se disculpaba por molestar y dejaba de hablar. La última me dijo que no sabía por qué me buscaba pero no podía sacarme de su cabeza, se disculpó y ya. Hace dos años empezó a trabajar en el mismo sitio que mi mejor amiga, lugar al que voy continuamente y de tanto ir son súper agradables conmigo. Hace unos meses fui por última vez y allí estaba, me esquivaba. Así que le escribí yo, le dije que me había dado cuenta, que yo solía ir por allí mucho y no quería molestarlo en su trabajo. Que por mi parte me alegraba de verlo y que no había ningún rencor ni nada, que me gustaría poder saludarlo normal pero si aún así estaba incómodo, que me lo hiciera saber para molestarlo lo mínimo posible.
Me contó que para nada, que me esquivaba pensando que él me molestaba a mí, que también se alegraba de verme. Hablando nos dimos cuenta de que ambos nos habíamos quedado pensando durante años que el otro nos odiaba y por eso nunca habíamos retomado el contacto a pesar de que echábamos de menos nuestra amistad.
Ayer me habló por la noche diciéndome de tomar un café después de ver una publicación mía y charlamos un poco. Me contó que estaba muy bien en el trabajo y que lo querían mucho allí, que a la vez está estudiando, que el mal camino hace muchísimos años que se quedó atrás y que acababa de salir hace días de un infierno. Ese infierno era una relación de maltrato muy grave (sé que es verdad todo lo que me contaba porque ya me lo habían dicho), que lo tenía aislado de todo el mundo. Por mi parte ahora mismo también estoy saliendo de un infierno similar. No tengo amigos, día a día estoy sola en esta ciudad a la que acabo de volver, hace apenas días que he podido tomar la decisión de escapar de mi narcisista que ha dejado totalmente destrozada e incluso aislada.
Este chico me ha dicho que está para mí para absolutamente todo y que le gustaría recuperar la amistad conmigo. A mí, sinceramente, también. Necesito un amigo. No alguien a quien llorarle y contarle toda la ansiedad que tengo encima pero sí alguien con quien poder pasear, tomar un café o poder distraerme un poco mínimamente.
El caso es que no sé si retomar esta amistad es buena decisión. Yo no busco una relación y quiero pensar que después de todo lo que ha pasado él, tampoco quiere una. Pero al final es mi ex, lo dejé cuando estaba enamoradísimo de mí y en estos años me ha dado señales de que «no me superaba». Sé que me va a respetar pero me da apuro hacerle volver a tener sentimientos o que quiera algo más y hacerle daño. No sé, ¿vosotras opináis que es buena idea o mala?