Vengo con un nivel de indignación muy grande. Acabo de terminar de ver el segundo programa de Masterchef y no entiendo porque en este país no encanta convertir todo en un puñetero culebrón repleto de frikis.
Empezando porque el 90% de los concursantes me parecen unos maleducados que no entiendo cómo han llegado allí y siguiendo porque el propio guión del programa da puto asco. Siempre buscando sacar los malos rollos entre ellos y dejando en un segundo plano la cocina. Mi pareja dice que eso ya era así en otras ediciones (él hace varias que pasa de verlo) pero yo estoy segura de que antes no era tan evidente.
Con la que no puedo es con la figura de Saray. Desde el minuto uno se ve de sobra que esa mujer está ahí para conseguir su minuto de gloria. Es que me pega mil que su objetivo en ese programa sea una entrevista en el poli Deluxe y no trabajar como cocinera. Sus compañeros le ríen las gracias, los jueces le recriminan algunas actitudes pero después la aplauden y la tía se marca un atún sobre un lecho de cebolla pochada y la felicitan. Debería darles vergüenza a chefs como ellos pasar por ese aro. Porque comprendo que a nivel espectáculo la tía les guste (a mí no me gusta nada) pero ellos si defienden tanto que trabajan en el programa de cocina más exigente de la tv… pues qué menos que poner el grito en el cielo, no???
Es vergonzoso que para los pocos programas normales de nuestra parrilla de tv hagan esto. A los que nos gusta la cocina nos están dando una patada. Y solo espero que pierdan televidentes y se den cuenta de que cada perfil tiene su espacio y no hay que mezclarlo todo.
Gracias por leer.
Un abrazo.