Os comento esto porque creo que es algo que nos pasa a todas , o en algún momento nos pasará.
Soy gorda. De siempre. Igual es conformismo o una forma de excusar que no sea delgada, pero siempre lo he sido. Y me quiero. En parte gracias a la comunidad WeLoverSize y también a mi pareja que me ha enseñado a ello. Y de ello os quiero hablar.
Siempre he tenido SOP (síndrome de ovarios poliquísticos) y he convivido con ello desde que me lo detectaron a los 14 años. Tengo 29. En aquel momento, me recetaron la píldora, y ya está. Fue la salvación en ese momento. Aparecieron las reglas regulares y dije adiós al acné, e incluso el vello facial estaba controlado. En la seguridad social, recetan siempre un tratamiento hormonal y solución rápida. De lo que no se habla en la consulta, es de las consecuencias de la enfermedad, o de los síntomas siquiera de la misma. Me doy cuenta de ello ahora que estoy intentando quedarme embarazada.
Gorda. SOP. Y buscando embarazo. No combinan bien esas palabras. Fui a mi médico (privado) para una consulta preconcepcional, donde a priori estaba todo bien. Me indicaron pautas para conocer mi ciclo, mis días de ovulación y me recetaron medicinas que ayudarían a ello. Lo que no me dijeron es que al dejar la píldora, mis hormonas se revolucionarían y cogería prácticamente 15kg en un año. Sumado a mi gordura “natural”. Sin contar el acné o el vello en la cara que me hace vivir pegada a una pinza para quitarme la barba o la aparición de vello donde no debería . Literalmente. Pero no me importa porque quiero ser madre, porque tengo un apoyo incondicional en mi pareja en cuanto a mi físico, y porque el motivo merece todo el sufrimiento que pueda soportar.
Después de un tiempo de búsqueda, mi médico privado le recomienda a mi pareja hacerse un examen de semen con la mala noticia de que sus soldaditos no están bien. Son pocos, no se mueven bien y tienen defectos morfológicos. Lo que nos conlleva prácticamente a recurrir a una reproducción asistida. Desde entonces, hemos consultado varias opciones. Clínicas conocidas que anuncian en tv como la salvación de los que queremos ser padres donde no te ve un médico sino un comercial. Te intentan captar y a pagar directamente el tratamiento. Hospitales privados que también tratan el tema, donde nos hablan hasta ahora, con sinceridad a la par que nos dan los presupuestos. Nos comentan los factores determinantes, nos explican los tratamientos y nos valoran individualmente para que ambos estemos sanos antes de acceder a un proceso de fertilidad. Dentro de ese proceso entra la pérdida de peso, lo máximo posible y poniendo una meta difícil : tener un IMC por debajo de 30. Pero la peor de las visitas ha sido a la seguridad social. Ayer lo hablamos con la ginecóloga y la consulta fueron 2 minutos exactos. Al plantearle el problema del semen más el handicap de la anovulación por el SOP, me dieron un papel para que me lo leyera en casa y constatara que si no tengo un IMC menor de 30 es imposible acceder por la seguridad social a ningún tratamiento. No contenta con darme un papel sin explicarme nada, nos trató con prepotencia y despotismo. No fue capaz siquiera de contestar mis dudas sobre el semen de mi pareja, dado que “como no cumplo con el requisito hasta que no llegue a ese peso, no me pueden informar”. La intención era saber si él debería hacer algún tratamiento mientras yo estoy a régimen… Solo me indicaron que me pusiera a dieta ( que por otro lado, llevo un año en ello ) y fuera a un endocrino (al que fui y entre otras cosas me mandaba a comer galletas Maria de desayuno). Salí rota. Sin ganas. Y planteándome las deficiencias de nuestro sistema de salud.
Nadie nos dice cuando somos adolescentes lo necesario que es saber sobre nuestro ciclo menstrual. Nadie nos habla de la importancia de hacer ejercicios y llevar una vida sana como tratamiento para el SOP, incluso cuando es un tratamiento más efectivo que un anticonceptivo hormonal. Nadie tiene en cuenta el sufrimiento de una mujer, sea gorda o no, que intenta ser madre. Nadie te dice que es un tabú ser estéril o infertil, siendo España uno de los países con una tasa de reproducción asistida más alta. Nadie empatiza con el sufrimiento personal de una mujer con SOP y su lucha por no ser la mujer barbuda o su lucha con el peso, lo difícil que resulta adelgazar incluso con un plan de ejercicio diario y dieta. Nadie te avisa que tus hormonas se rebelarán contra ti misma. Nadie te habla de lo necesario que es conocer nuestra reserva ovárica y preservarla si fuese necesario para un futuro. Nadie te dice que la seguridad social te va a recomendar la solución más fácil y menos efectiva. Y sobretodo, nadie te va a decir nunca, que para nuestro sistema público de salud, si eres gorda no tienes “derecho” ( ayuda por parte del sistema médico ) a ser madre.