Mi caso: 36 años, varias relaciones fallidas a mis espaldas y ningún ansia por ennoviarme. Mi vida está llena con amigos, familia, gimnasio, frikiaficiones, viajes y escapadas varias. Disfruto tanto un finde por ahí con un buen plan como de quedarme todo el finde en pijama leyendo, comiendo pipas y viendo películas sin parar.
Pero este último mes algo había cambiado. En una de esas escapadas coincidí con un amigo con el que me he enrollado un par de veces en los últimos dos años, con el que mantenía contacto por whatsapp, que compartíamos la afición de la lectura, de las buenas charradas… perooooo sabiendo que él si sentía algo más por mi, aunque era algo que yo evitaba, que mas allá del rollo ocasional «no lo veía».
Y mira tu, no se si fue la nieve, la crema de orujo o vaya a usted a saber, que de ese viaje volvimos de la mano. Y me dije por qué no? por qué no intentarlo? y si es este mi momento y mi persona?
Ya la primera semana comenzaron mis dudas. Digo las mias, porque él estaba y está tremendamente ilusionado, no ve barreras, no ve problemas, me busca, me llama, quiere quedar a todas horas, quiere estar conmigo… A la semana de estar juntos fue mi cumpleaños y se presentó con 18 rosas rojas, y si, me sentí halagada, pero también empezó mi ansiedad. A él lo veo convencido, ya se le ha escapado algún te quiero, pero yo no me siento en el mismo nivel que él. Él es muy romántico, muy de estar encima de su pareja, vamos, un amor. Pero yo no, yo con esas cosas me agobio.
Y así hemos seguido. Hasta que me han entrado ganas de correr. Quedar con él me suponía tener que dejar varias de las actividades que yo hago entre semana, porque nuestros horarios no son compatibles, además de no poder disponer de tiempo para mi, pues hay que aprovecharlo para estar juntos ya que si no, nos vemos poco. Y mi ansiedad seguía creciendo.
Mientras tanto intento hablar con él, de explicarle como me siento, que me estoy agobiando, pero él le quita importancia, promete bajar ritmo pero seguimos igual.
He pasado momentos muy buenos con él, en los que he sentido que sí, que esto podría llegar a un buen fin, pero así como la ansiedad ha ido creciendo en mi, cada vez menos, hasta el punto que la última vez que quedamos para hablar no era capaz ni de abrazarle.
Empiezo a pensar que el problema es mio, que tengo fobia al compromiso por experiencias anteriores y que por eso no le dejo acercarse, que eso explicaría mi ansiedad, que tengo alguna especie de bloqueo emocional y no soy capaz de manejarme en esta situación y mi solución más fácil es la de huida.
Y si simplemente es que realmente no me gusta? Que no es el?
Vamos, que estoy hecha un lio, que a raticos pienso que debería intentarlo, que es un buen chaval y que no voy a encontrar a nadie que me trate así, y al segundo pienso que no, que si yo estoy bien sola, por qué tengo que cambiarlo?