Hola,
Me gustaría desahogarme contándoos un poco mi historia de los últimos meses.

Empezaré por el principio, me llamo María, tengo 28 años y en agosto del año pasado empezó a dolerme la espalda. Todo empezó con un dolorcito y molestia que fue yendo a más hasta el punto de que iba a empezar a trabajar a finales de septiembre y ya no pude porque el médico me recomendaba reposo. Poco a poco se fue extendiendo por las piernas (ambas) hasta llegar al dedo gordo del pie. Me he pasado 7 meses en los que apenas me podía mover y por supuesto he cogido peso.
Todo ha resultado en una hernia discal y varias protusiones en la columna, que con tratamiento están ligeramente mejor pero ya me han dicho que va para largo.

Mi drama empieza con que el año pasado conseguí adelgazar hasta quedarme en una talla 40 con la que me sentía más que agusto y que conseguía mantener con esfuerzo de alimentación sana y ejercicio. Todo eso se frenó de golpe con el consecuente golpe para mi autoestima de ver como mi esfuerzo había sido en vano y que engordaba a pesar de que mantuviera una alimentación sana.
El caso es que me vio un traumatólogo que después de ver mi resonancia magnética determinó que sí que tenía una hernia que me estaba provocando mucho dolor pero que lo que tenía que hacer era perder peso porque eso es lo que más influía para estar así de mal, le expliqué que mi dolor había empezado al estar delgada pero eso pareció no ser importante. De una media hora que duró la consulta se pasó 25 hablando de mi peso y los otros 5 explicandome que tenía y qué tratamiento iba a ponerme, me dijo que tenía que hacer deporte, que me moviese, que hiciera algo de natación (donde vivo no hay piscina climatizada y se lo dije) y que me apuntase a algo tipo zumba. Os prometo que me he empezado a mover más, que salgo a pasear todos los días porque más no puedo, me duele demasiado la espalda y las piernas.

Acabo de empezar a rehabilitación y la médica lo primero que me preguntó también es si estaba a dieta, fui a un herbolario a buscar unas pastillas para ver si podía dormir y descansar (no duermo nada, porque me duele el cuerpo del lado que me tumbo en el colchon) y al explicarle para qué las quería mas de lo mismo «tienes que adelgazar porque eso es malo para la espalda», y así a cada sitio que voy. Entre el estas gorda y el eres muy joven (si eres joven parece que no te puede doler nada) se les llena la boca.

Ojo, no dudo que lleven razón y que estar mas delgada me podría venir bien pero de verdad no creo que solo me duela la espalda por gorda, y además a cada palabra de «te duele por gorda» mi autoestima cae un poquito más y es que aunque lo intente no soy capaz de adelgazar ahora mismo, mi alimentación es sana y me muevo lo que puedo, a veces incluso creo que me fuerzo de más porque luego lo paso muy mal.

Aunque intento controlar mucho mi estado de ánimo para no venirme abajo por momento con esas cosas me superan, parecen no entender que soy yo la que lo sufre, soy yo la que no puede hacer nada casi y que está renunciando a muchas cosas que le gustan por estar así, y sobre todo soy yo la que se mira en el espejo y se frustra.

Gracias por leerme, necesitaba desahogarme.