Siempre fui una niña rebelde y hace un par de años encontré en el feminismo un lugar donde podía ser yo misma. Por qué digo esto, porque a pesar de llevar varios años siendo parte de este movimiento, aun sigo teniendo el amor romántico internalizado de manera sorprendente. Aun siendo una ferviente creyente del amor libre, aun así caí en una relación que me daba esta satisfacción, estaba llena de enamoramiento y pasión, pero de poca responsabilidad afectiva por parte de él. Y muchas dirán que es por falta de amor propio que seguí con esta relación, seguramente es así, pero en un mundo lleno de estereotipos de belleza y de perfección, tampoco nos pueden pedir que nos amemos a puños. Al final después de un año y medio de ir y venir, de sufrir por sus periodos de alejamiento y alegrarme por sus grandes dosis de cariño, le pusimos fin a la relación. De eso hace un mes, pero aun me duele. Pero esta vez ha sido diferente que mis otras separaciones, pensé que me iba a destrozar anímicamente como cuando hace 7 años me dejó mi novio porque no quise acompañarlo a una fiesta. Esa ocasión me destrocé, me partí en pedazos, me dieron crisis de ansiedad porque pensaba que él era «el amor de mi vida» y que si se iba ya nunca iba a encontrar a alguien igual. Bueno al final sí encontré a alguien igual, pero también rompimos recuerdan? A qué voy con todo esto? A que a lo largo de mis 34 años, me he dado cuenta que las expectativas de lo que una pareja puede o debe hacer por ti me han hecho daño, que priorizar a mis parejas sobre mí o mis amistades, me hizo mucho daño, que creer que voy a dejar de valer porque alguien no me valora, es una trampa. Y mi deseo de compartir estos pensamientos, es para que si alguien más tiene el corazón roto por una ruptura de pareja, sepa que no está sola y que si nos apoyamos entre todas y tratamos de quitarle todos esos mitos al amor, podremos entonces construirlo desde otro lugar. Si alguien quiere contarme su experiencia o su dolor, simplemente como un desahogo les dejo mi correo. Juntas somos más fuertes, recordemos eso.

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