Será que me va el mambo. Aunque sé que en el Tinder a veces quedamos un reducto de humanos con nuestras taritas, y más conforme aumenta la edad… yo soy de las que piensa que entre col y col, una lechuga.
El mundo heterosexual ha cambiado mucho desde que abandoné ese mercado. Y sí, he dicho mercado y debería haber dicho mercadillo. Porque ahí está lo mismo Cristóbal Colón (sí, lireral, y me saludó con un «Buenas nuevas joven dama»), como Tomoyo la Boyo. Maravilla del universo. A algún tío le falta gritar: «a euro a euro, que me lo quitan de las manos».
Pues empecé el día uno echando un polvo de despedida fantástico con mi ex (mujer). Estamos a día 22 y ya van 3 personas más, y dos son tíos. Yo.
Que llevo casi diez años de mi vida haciendo vida de pareja estable.
¿Qué está pasando?
Desconocidos prácticamente. Dos de tinder. Pero es que he quedado en 21 días con Sandra, Maria, Alberto, Marcos, Sergio, Manuel, Damián, Tatiana, Rafael, Antonio, Jesús, y otro del que se me ha olvidado el nombre y todo. Estoy descubriendo un nuevo submundo paralelo.
Hablo con casi 30 personas a la vez y me temo que haya algo que no esté haciendo bien para conmigo misma y me ralla.
Con dos he sido muy pagafantas, y ni siquiera merecía la pena.
¿Sigo con mi particular adicción? ¿Diario de una ninfómana? ¿O 21 días con Tinder?
Xxxoo