Hola chicos y chicas, siempre había querido contar algo por este blog maravilloso, pero nunca me había animado. Bien, pues esta vez, la ocasión creo que merece un post.
Os pongo en antecedentes, estudio primero en una universidad lejos de casa, por lo que mis amigos se han convertido casi en mi familia y pasamos todo el día juntos. Uno de estos amigos al que llamaremos, «Jacinto» me gustaba casi desde el principio, y me gustaba mucho, existía mucho tonteo y recíproco, pero la cosa fue quedando en eso, nos buscábamos el uno al otro y nada más, tampoco hablamos del tema.
Llegaron las vacaciones de navidad, me fui a casa a mi ciudad y en noche vieja conocí a un chaval, con el que pasé toda la noche de bar en bar porque nos caímos bien, al día siguiente «David» (nombre ficticio) me dijo de quedar, nos enrollamos, y continuamos hablando, porque el ya se marchó a su ciudad. Yo pensaba que lo de Jacinto ya se me había pasado, y cuando volviese lo vería solo como amigo y no me gustaba ya nada. Pues este pensamiento desapareció en el momento que lo vi tras las vacaciones, estaba mas alto y mas guapo, y mas receptivo que nunca, todo hay que decirlo.
Entre todo este lío que tenia en la cabeza con Jacinto, yo seguía hablando con David y la verdad que cada día me gustaba más. Los problemas con mis (no) amentes, empezaron cuando, en una cena de clase Jacinto, apareció fumado hasta arriba, y al parecer le molestó que le dijese que tenía los ojos rojos. Se dedicó a echarme miraditas mientras que hablaba con el resto de mis compañeras (cosa que no me molesta en absoluto) o a ponerme mirada de perdonavidas. Luego me dijeron que se había ido a su casa, por lo que lo llamé para ver si se encontraba bien, porque se fue sin decir nada.
Desde esa noche, Jacinto no me ha vuelto a dirigir la palabra y ha llegado a mis oídos que se enfadó porque le agobie… le agobie, ¿porque le dije que tenía los ojos rojos? No lo entiendo, ha pasado de venirse a mi casa y estar todo el dia juntos en clase a no dirigirme la palabra.
Decido que es mejor dejar a Jacinto en paz y seguir a mi rollo, por lo que una noche salgo de fiesta y conozco a un chaval, un poco mayor que yo (6 años) , intercambiamos números, hablamos y todo bien. A este chico lo llamaré «Bertín». Pasa una semana y continuamos hablando, al igual que sigo hablando con David ( ya llevabamos casi dos meses hablando).
Al siguiente fin de semana, yo tengo que hacer un viaje, y justamente mi tren hace transbordo en la ciudad en la que vive David, por lo que le aviso y me promete que nos veremos, yo feliz (porque después de dos meses ya tocaba). Al día siguiente, David y yo estábamos hablando y de coña (o eso creía yo) me dice que no va a venir. Total que al día siguiente, después de dos meses sin poder vernos, me deja plantada en la estación y no he vuelto a saber mas de el y espero que así siga.
Después de eso, sigo hablando con Bertín y hacemos planes para vernos, lo agrego al facebook, y le aviso de que no soy muy activa en esa red social y por ello mis fotos son antiguas, y le digo que no se fije mucho en esas fotos, no me contesta. Pienso que estará ocupado y no insisto, esta mañana me llegan unos mensajes suyos, diciéndome que no le había gustado que le dijese lo de mis fotos, y que no quiere seguir hablando conmigo, y me suelta la típica de que quizás mas adelante nuestros caminos quizás se junten.
Como podéis imaginar, me quedo flipada, menos mal que me lo tomo con humor, excepto lo de Jacinto, que lo llevo peor, pues es (o era) mi amigo, y a parte creo que estaba un poquito pillada.
Y así, es como me han rechazado tres veces, en menos de 15 días, me pregunto ¿¿¿¿De donde saco a estos hombres???