Queridas siren@s:
Les cuento un poco mi situación a ver si soy la única que necesita un manual para entender a los hombres. Hace casi año y medio que estoy soltera y lo cierto es que no me apetece nada empezar una nueva relación seria, pero una sigue teniendo sus necesidades así que decidí adentrarme en el, supuestamente, maravilloso mundo de la follamistad.
Yo suponía que eso de tener un follamigo era quedar con una persona que te cae genial, con la que tomar unas cervezas y tener buen sexo. Sin complicaciones, pasarlo bien sin ataduras. Esto lo encontré en mi primer follamigo: nos llevábamos genial, teníamos muchísimas cosas en común, pero en el sexo era tan poco participativo como una planta de interiores y bastante egoísta, la verdad. Así que decidí darle puerta porque si hablábamos del tema a todo me decía que sí, que para la próxima me iba a hacer las mil maravillas, y luego nada de nada.
Pues ahora conocí a otro chico que en un principio no me atraía lo suficiente. Lo veía el típico tío gamba que se podría aprovechar todo menos la cabeza (superficialmente hablando). Nos conocimos por amigos en común y quedamos todos bastante a menudo. Después de semanas de pico y pala por una red social, le dí mi WhatssApp y nos enrollamos en una fiesta. En el sexo es genial. Y todavía más si lo comparo con lo seta que era el anterior. Su problema es que no entiendo su actitud. Hablamos todos los días por chat, nos llevamos bien, pero nunca hemos quedado a solas. Nos hemos acostado tres veces porque nos hemos puesto tontorrones durante una quedada grupal y de repente desaparecíamos o nos marchábamos juntos al final del día (esto no me hace demasiada gracia, pero me besa y pierdo el norte). Lo peor es que hace un par de semanas me ha dado la impresión de que me evita cuando estamos en persona: se sienta lo más lejos que puede, en un cumpleaños casi ni me miró, se marcha si voy hacia donde él está… No sé, me he sentido ignorada totalmente. Un ejemplo para que puedan entenderme: quedamos todos un domingo y parecía que no existía para él, el miércoles siguiente hicimos sexting porque él empezó con comentarios subidos de tono y terminó mandándome fotos y vídeos suyos, el viernes siguiente volvió a ignorarme en una cena con amigos pero el sábado pasado, San Juan, por fin parece que volvió a comportarse conmigo como al principio.
Estoy un poco perdida con él, la verdad. Y creo que si le digo mis «inquietudes» me va a decir que no le pasa nada conmigo y tampoco quiero quedar de loca. He pensado que ya obtuvo lo que quería de mí y que no quiere coger el toro por los cuernos y decírmelo porque nos vamos a seguir viendo. No sé hasta qué punto me compensa seguir con esto. Me gustaría que todo fuese normal de amigos y quedar solos de vez en cuando para pasarlo bien y tener buen sexo, pero creo que no me compensa estar descifrando sus cambios de actitud.
Bueno, espero no haberme liado al explicarles todo esto. Necesitaba desahogarme y así veo qué opina gente que no es de mi entorno. Muchas gracias por leer si has llegado hasta aquí.
Un abrazo, siren@s