Cenar mola pero hacerse la cena ya es otro tema. Es de noche, estás cansada, no te apetece pensar, no te apetece cocinar y no tienes muchas reservas en tu nevera. Esto es, básicamente, el pan mío de cada día. Llega la hora de la cena y a mí me entra una pereza que me quiero morir: solo quiero algo rápido y que no se salga demasiado de lo que yo considero una alimentación sana. Mi dejadez este verano ha hecho que prácticamente haya cenado cada noche durante los dos últimos meses embutido, tostas o tortillas de cosas. Sí, ya sé que es muy bonito cenar una ensalada o un pescadito blanco, pero, ¿en serio tengo que ponerme ahora a lavar lechuga y cortar cebolla? O, lo que es peor, ¿encender el horno para hacer pescado con esta calor? No, gracias. Y en ese momento pasa ante ti un descuento de Just-Eat.

Después de una bronquitis (una bronca chiquitica) de mi nutricionista, insistiendo, sobre todo, en que lo de cenar embutido sano, lo que se dice sano, no es, decidí ponerme las pilas. Me recorrí todo internet en busca de las mejores recetas para cenas rápidas y saludables, y ya que me he metido yo todo ese trabajo, pues lo comparto con vosotros por si sois tan vagos a partir de las 9 de la noche como la que aquí escribe.

MIS FAVORITAS:

Tosta de tomate, aguacate y jamón serrano: tuestas una rebanadica de pan, pasas medio tomate por un rallador, lo mezclas con medio aguacate y le echas unas viruticas de jamón serrano por encima. Mu rico.

Tosta de salmón con endivias: tuestas la rebanadica de pan, pones un par de hojas de endivia, y una lonchita de salmón ahumado por encima. Si alguna noche me siento muy loca le rallo un poquito de queso por encima y si ya estoy desatada, le rallo huevo cocido.

Calamares al limón: Receta que extraje de esta misma web y que me encanta. Suelo cenar esto una vez por semana. Pinchad aquí para ver la receta completa.

Revuelto de espárragos trigueros (sólo si te gustan los espárragos trigueros. A mí es que me encantan). Lavar y cortar los espárragos, ponerlos a la sartén con un chorrito de aceite y a fuego medio hasta que queden bien blandurrios. Luego echas un par de huevos por encima (y si quieres quitarle la yema, al menos a uno, mejor todavía), revuelves un poquito (que por eso se llama revuelto) y tan ricamente. He de confesar que a mí me gusta echarle también un poquito de jamón serrano, o comerlo con un par de lonchas a un lado.

La famosa pizza light: es como pizza pero realmente la masa es una tortilla mexicana, de esas que se usan para hacer fajitas. Con este truqui ya te has quitado toda la masaza de la pizza, pero luego no te vuelvas loqui con los ingredientes. Un buen complemento sería: salsa de tomate casera (nada de tomate frito, plis), o tomate triturado, queso light en lonchas y luego cosas super sanas como pavo, champiñones y cebolla, que es mi combinación favorita, pero vamos, básicamente podéis echarle de todo lo que se os ocurra.

NO TAN FAVORITAS PERO REALMENTE SALUDABLES: 

Verduritas a la plancha: si tenéis una plancha en casa podéis hacer una cena megasana y bastante rica simplemente cortando vuestras verduras favoritas y esperando a que se hagan. Consejillos: la plancha tiene que estar muy caliente y procura echar antes las verduras que más tiempo tardan en hacerse. Mi combinación favorita suele ser: pimientos, cebolla, setas, espárragos trigueros, calabacín… Cuando estén listas las colocáis sobre un plato, le echáis un flis-flis de aceite de oliva y un poquito de sal gorda.

–  Ensalada de espinacas: con las ensaladas tenéis posibilidades infinitas, pero dentro de todo ese universo ensaladil, a mí las que más me gustan son las de espinacas frescas. Y es muy rápida de preparar porque sacas las espinacas, les das un agüita y al plato. A mí me gusta mucho la de espinacas con jamón de york, huevo cocido  y unas nueces trituraditas con aliño de módena. Otra combinación ganadora es la de tomates secos con mozzarella.

Salpicón de pollo: la receta la saqué de aquí, así que mejor os hago un enlace y le echáis un vistazo vosotros. Es un pelín más elaborada pero está mu rica.

Hamburguesa de verduras: en tiendas especializadas en productos vegetarianos (y en algunos supermercados)  podéis haceros con «filetes» de hamburguesa hechos realmente de verduras. Si os pasa como a mí, que sois poco verduleros, es una idea fantástica para añadir a tu dieta una vez por semana. No están malas y te metes un extra de verduritas. En los paquetes suelen venir dos, normalmente, y yo me preparo las dos a la plancha para cenar, con una lonchita de queso por encima para darle sabrosura.

Sandwichitos de calabacín: la palabra sandwich puede sonaros a «qué bien, qué rico», pero nada de eso. Pensad en un sandwich mixto y cambiarle el pan por rodajas de calabacín, es decir, rodaja de calabacín, trocito de jamón de york (o pavo, o jamón serrano), trocito de queso, y otra rodaja de calabacín. Y vuelta y vuelta en la plancha.

OTRAS CENAS QUE SÉ QUE EXISTEN PERO YO NO COMO NUNCA:

Cremas de cosas. Me dan un asco terrible, pero a lo mejor a algún lector le parecen lo más rico de este planeta (permitidme que lo dude).

Ensaladas de lechuga con cosas. La lechuga me aburre ya soberanamente. Además, he comprobado que para la cena tampoco me va demasiado bien, así que básicamente solo como lechuga de día, pero reconozco que es tan sencillo como mis queridas ensaladas de espinacas: cortar hojas, lavar lechuga, echar cosas, aliñar: cena.

Queso fresco everywhere. Hay miles de recetas con queso fresco que bien os podrían salvar una cena. Pero claro, a mí es que el queso fresco me sabe a absolutamente nada y encima tiene una textura que me da bastante asquito. Es un complemento perfecto para las ensaladas de lechuga que odio y para las cremas que me dan todo el asco.