Tal y como dice el título, mi novio, con el que llevo casi un año, vive con su  ex y creo que me voy a volver loca si seguimos con esta situación. 

No es que no sepa que estas cosas se dan cada vez más y que hay que  entender cada historia y que cada situación es un mundo, y que hay que  adaptarse y ser moderna y empática y respetuosa, y todas las mierdas que he  escuchado en estos meses y que cada vez me trago menos, simple y llanamente  porque estoy casi segura que se la tira a mis espaldas. 

No he sido la amante en ningún momento, ya llevaban separados unos  meses cuando nos conocimos, pero su situación familiar, laboral y económica  no les permitía “partir peras”, como habría dicho mi santa abuela, que como  me viera ahora me daba de zapatillazos hasta que espabilase. Y yo, que me  enamoré casi desde el primer cruce de miradas, me veo ahora envuelta en una  relación de tres, bueno de tres no, de cinco, si cuento a los dos retoños con los  que comparten custodia. 

Cuando decidí apostar por esta relación, era consciente de lo que había,  casa compartida en urbanización, negocio de los suegros que les da trabajo a  él y a su ex y dos niños de cuatro años que son unos tesoros pero que nos  condicionan media vida cuando le toca a él cuidar de ellos, porque, aunque  viven en la misma casa, la dinámica con los críos es como si estuviesen en  casas distintas, solo que, últimamente no siempre se van él o ella de la casa  cuando le toca al otro. 

Resumiendo, están divorciados, comparten la custodia de los críos y cada  quince días la casa le toca al que cuida de ellos y el otro, normalmente, se  marcha a otro sitio. Ella a casa de sus padres y mi chico conmigo.  

Al principio todo era bastante sencillo, el divorcio ha sido respetuoso y  maduro por ambas partes, los quince días que a mi chico le tocaban los niños,  algunas noches de sábado las pasábamos juntos allí y cuando le tocaba a la  madre, pues quince días en mi piso los dos, jugando a las parejitas normales  y ni tan mal.

El problema para mi viene desde hace un par de meses que, con la excusa  del trabajo o de los niños, a veces se quedan los cuatro en la casa, al margen  de a quién le toque y cada vez pasamos menos tiempo juntos, ni cuando le toca  quincena ni cuando no. Encima, cuando la ex se enteró de que pasaba alguna  noche allí se cabreó y habló con mi chico para que no volviese a pasar, así que  ahora siento que tengo la casa de mi pareja vetada y no entiendo la razón  porque me llevo bien con los niños y saben que soy la novia de papá. 

El caso es que cada vez tengo más paranoias porque no me entra en la  cabeza que ahora, de repente, sea mejor que pasen algunos días los dos en la  casa porque, según él, ”la organización con los niños los días de más ajetreo  es más fácil así y además aprovechan para adelantar trabajo de la empresa  en el rato que los niños ya están dormidos” … 

De verdad que estoy casi segura de que se están acostando y dentro de  cuatro días me va a venir con que quiere volver a intentarlo con su ex. Y es  que encima, la susodicha no tiene ni ha tenido pareja en todo este tiempo y  me comen las dudas y los malos pensamientos. 

Es cierto que cuando por fin tenemos un rato para nosotros estamos muy  bien y que no he notado que tenga menos ganas en la cama, pero todo el  tiempo que pasan los dos en esa casa juntitos…, me tiene tan caliente que  cada vez huelo más a cuerno quemado. 

Y sé que tengo que hablarlo con él, pero me resulta muy complicado porque  el tema de su familia es muy importante y me da miedo meterme donde no  me llaman y que discutamos, así que creo que voy a dejar pasar un tiempo  más a ver cómo va el asunto, no vaya a ser que sea todo cosa mía y por mi  culpa se resienta la relación.

Anónimo

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