Después de un tiempo me atrevo a escribir sobre este tema, creo que es muy necesario porque siempre que leemos algún post sobre infertilidad lo escribe alguien que ha pasado por ello, pero al final lo ha conseguido de una forma u otra. ¿Y todas esas que no lo hemos logrado? ¿O es que soy yo sola? No lo creo. Es tal el hermetismo con el que se trata este tema, el desconocimiento que hay alrededor que hasta que no vives algo así no te das cuenta.

Resulta que después de unos meses intentado quedaros embarazados el positivo no llega, al año vais al médico, os ponen en lista de espera, vais al especialista, os hacen las pruebas pertinentes y casi un año más tarde llega el resultado: «Parece que está todo bien, UY NO!, no podéis concebir de forma natural, sólo tendríais opciones con una ICSI» y después del shock llegan las preguntas: ¿Y eso qué es? ¿Cómo se hace? Y ahí empieza el calvario, meses y meses de espera, hormonas y más hormonas, intentos fallidos, os sacan de la sanidad pública sin acabar los tres intentos a los que te daban opción, porque tienes tan pocas posibilidades que no les merece la pena seguir intentándolo. Y después de que os han tratado como ganado (al menos en mi caso) ahí os dejan, con vuestra depresión, con vuestra amargura, con vuestra frustración. Os vais al privado, os dejáis los ahorros de vuestra vida y nada.

Y decidís parar, que ya es suficiente, que no podéis más, que estáis rotos por dentro ya y que a veces rendirse es la mejor opción, o la única. ¿Y ahora qué? ¿Cómo se asume? ¿Pensáis en la adopción? si no tenéis ya un duro y a ti te acaban de despedir… y llega el vacío, la sensación de pérdida aunque no has perdido nada, la depresión, la grande, la que no te deja asumir que la vida sigue y hay que centrarse en otras cosas, aceptar lo que viene y llevarlo lo mejor posible, pero cuando nadie a tu alrededor te entiende, cuando nadie te pregunta ni cómo te encuentras porque eso para ellos no es un problema o incluso llegan a decirte que «peor está fulanita que tiene cáncer». ¿Qué haces? Pues en mi caso lo que he hecho ha sido tardar tres años en llorarlo, en asumirlo, en asimilarlo y en empezar la recuperación y ver que la vida puede ser estupenda sin tener hijos y aunque la herida ha cicatrizado, «a veces, cuando llueve pica».

Así que a las que estáis pasando por ello o las que aún no lo sabéis pero pasareis por esta situación, buscad apoyo, mucho apoyo, si como en mi caso no lo tenéis en familia o amigos que no lo eran tanto, buscad apoyo profesional desde el principio y os ahorrareis muchas lágrimas y si tenéis un caso cerca empatizad, apoyad, solamente hay que tratar el tema con naturalidad, no es tan difícil.

Autor: Anónimo.