Dicen que el primer paso de todos los problemas es admitirlo, así que allá voy…

Hola, me llamo María y no sé ligar.

Me ha costado 29 años, cientos de euros gastados en botellas de vino, unas cuantas visitas al psicólogo, incontables citas fallidas y una relación amorosa bastante tormentosa darme cuenta de esto. No sé ligar y no es porque no lo haya intentado, porque ganas no me faltan. Simplemente es que hay una parte de mi cerebro que cortocircuita y empieza a decir chorradas, cosas incongruentes o directamente pasa a temas escatológicos.

Por poneros un ejemplo y que empaticéis un poquito conmigo… Hace un par de sábados salí con mis amigos y acabamos en un bar en el que no habíamos estado nunca. No conocía a nadie (salvo mis amigos, obviamente), pero en la barra vi a un tío al que no me importaría conocer mejor. Me acerqué, me coloqué a su ladito, le miré y le dije:

“¿Sabías que Stalin es considerado uno de los dictadores más guapos? Pues tú te pareces a Stalin.”

Y cuando puso cara rara, arreglé el percal diciendo:

“De joven, claro”.

Sobra decir que no me lo ligué. Me dijo que lo sentía pero que sus amigos le estaban esperando fuera. Normal que huyese, ¿quién en su sano juicio compara a un tío con Stalin nada más conocerse? Bueno, es que ni aunque llevéis 10 años de relación. Por favor chicas, no comparéis a vuestros novios, ligues o whatever con dictadores, no seáis como yo, no seáis gilipollas.

A lo mejor en la Rusia Soviética yo lo habría petado, pero no es el caso… Y bueno, no solo es que ligue como el ojete, sino que me fijo en tíos que o bien son gilipollas o yo los convierto en potenciales demonios.

¿Os podéis creer que me he enrollado con 7 tíos con novia? No, no sabía que la tenían. Y bueno, a lo mejor me he enrollado con más emparejados pero eran más listos y no me he enterado. Y sí, también podemos encontrar en mi historial algún que otro tío de los de “ni machismo ni feminismo”. Al final acabo explicándole a un desconocido lo que es el feminismo a las 6 de la mañana en vez de echar un polvo. Lo suyo sería que huyese, que ya deberían venir educaditos de casa, pero me entra cargo de conciencia por la próxima chica que acabe en esa cama.

Estos son los típicos tíos que te puedes encontrar y te quitan las ganas de vivir, pero también hay otros dignos de museo. Esta el tío que creía en los reptilianos, el que me llamaba Julia (sí, así se llamaba su ex), el que me quiso presentar a su madre en la primera cita por Facetime, el que tenía un tatuaje en la polla, el que estaba convencido de que había visto un ovni, el que se enfadó conmigo porque no llevaba depilado el chumino… La lista sigue, pero yo me agoto.

Mi futuro como monja.

Y yo os pregunto, queridas lectoras, queridas amigas, queridas mujeres que alguna vez os habéis sentido incomprendidas, ¿cómo se aprende a ligar con 29 años? Igual hay un límite de edad para aprender a tirar la caña y si no aprendes te quedas en un limbo amoroso para la eternidad.

¿Alguien está igual que yo? Lo pregunto para hacer un club…

Remedios Never Forget